El estrés es un tema que sigue en contingencia y esta realidad no escapa al ámbito educativo. En este artículo veremos algunos consejos para tener un equilibrio emocional saludable.
Más de alguna vez hemos escuchado el tema del estrés que existe en estudiantes sobre todos en los pertenecientes a algunos países asiáticos. El nivel de presión incluso ha costado la vida de varios alumnos. Y no estamos hablando solo de nivel universitario, sino, de alumnos de primaria y secundaria. Si bien la exigencia académica es un factor fundamental para la buena educación, la exigencia conlleva una gran responsabilidad sobre la salud de nuestros estudiantes así como de los profesores.
La mayoría de los quehaceres educativos (planificaciones, revisiones, trabajos, tareas, exámenes, etc.) tienen que ver con las políticas educacionales del gobierno pero muchas veces son los propios directivos de cada institución quienes tienen la responsabilidad de ejercer actividades o tomar decisiones que ayuden al bienestar emocional de toda la institución. Estas actividades deben influir directamente en los quehaceres institucionales académicos para que estos fluyan sanamente en la vida de los alumnos, profesores y paradocentes.
Hoy en día podemos observar diversas formas de trabajo y técnicas de aprendizaje de forma que la carga académica sea menor y más eficiente. La cohesión entre la enseñanza de dos o más profesores, el reforzamiento para alumnos, la integración de psicopedagogos, psiquiatras y ayudantes de aula entre otros. Además de diferentes filosofías, teorías y paradigmas educativos que buscan que el aprendizaje sea más significativo. Y obviamente la implementación de nuevas tecnologías como pantallas inteligentes, tabletas, notebooks y otros. Sin embargo, a pesar de todas estas iniciativas, el estrés en alumnos y profesores sigue estando presente.
En artículos anteriores hemos hablado de la alimentación, del ejercicio y la vida social y como estos factores influye directamente en nuestra salud física y mental. De forma sencilla podríamos resumir que la clave para lograr mantenernos saludables, es principalmente el equilibrio entre esos tres factores y ahora, el equilibrio laboral y académico.
Como podrás notar, existe un sinfín de variables en el estrés académico y laboral y por eso no podemos mencionarlas todas. Pero si podemos ayudar para que logres equilibrar tu vida laboral y académica.
Consejos para equilibrar el estrés
Recuerda que todos somos personas. Tenemos el derecho de equivocarnos. No somos máquinas y podemos cometer errores y no hay mejor forma de aprender que a través de la experiencia. Es más, una de las cosas que válida a la ciencia, es el ensayo donde hay muchos errores hasta alcanzar el objetivo. Lo importante es aprender de ellos.
Entender a los demás. Como ya dijimos, tu puedes equivocarte y otra persona también. Quizás tu alumno, tu compañero de trabajo, tu empleado e incluso tu jefe. Muchas veces es difícil dejar pasar las equivocaciones de los demás, pero recuerda que ellos son personas como tú.
Respétate a ti y a las personas que tienes a cargo. Respeta las pausas laborales y académicas, respeta los tiempos de alimentación, de oxigenación (en artículos anteriores hablamos de pausas activas) y tiempos de ocio. Te ayudarás a ti y a los demás a no pasarse de la cuenta con las sobrecargas horarias. Así podrás enfrentar la semana con energías renovadas sin tener que esperar solo el fin de semana para descansar.
Planifica. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. En otras palabras, lo que tienes que hacer hoy, no lo dejes para mañana. Aunque debes ser equilibrado, también debes ser esforzado y hacer lo mejor que puedas día a día, como trabajar o estudiar. Una pequeña planificación de tus actividades diarias, te ayudará. Verás resultados positivos sobre el estrés rápidamente si cumples con este punto.
Unión. El punto más importante, es simplemente tomar estos consejos y unir estas actividades a las anteriormente (física, alimentación y socialización). Recuerda que no puedes gozar de una buena salud si hay desequilibrios en tu vida.
Soy docente universitario y me enfermé por el estrés ocasionado por la actividad en el aula