Padres
Existen numerosos escritos relacionados con la autoestima, pero ¿realmente entendemos que son los padres quienes construyen la base de la autoestima saludable en sus hijos?

Iniciemos con dos conceptos claves:

  • Autoconcepto. Es la percepción que tengo de mí mismo. Debo ser capaz de definir mis cualidades, mis gustos, mis defectos, etc.

  • Autoestima. Es el valor que le doy a ese autoconcepto.

A lo largo de los años iremos formando el yo ideal, es decir, qué es lo que admiro de los demás y cómo me gustaría ser. Ahora bien, si mi yo ideal dista significativamente de mi autoconcepto, mi autoestima se verá gravemente afectada.

El desarrollo de la autoestima se inicia en la etapa perinatal y se consolidará en los siguientes estadios evolutivos:

  • Recién nacido. El acto de amamantar, las caricias, las miradas, incluso el deseo y cuidado durante el proceso de gestación son elementos fundamentales para que el niño adquiera confianza propia.

  • Dos años. Las acciones del niño se encuentran motivadas por una meta específica. Por lo tanto, el fortalecimiento de su autoestima dependerá de la aprobación que percibe del entorno y la consecución de metas.

  • Etapa escolar. El rendimiento académico y las relaciones con sus pares son elementos influyentes en esta etapa. Junto con las estrategias implementadas en el sistema familiar, pueden aumentar o disminuir la autoestima del adolescente.

Si el niño ha presenciado situaciones de rechazo o hasta de violencia, sumado a pobres mecanismos de comunicación y expresión afectiva, las herramientas para defenderse asertivamente en la vida serán escasas y la autopercepción será poco objetiva.

Pero estas no son las únicas causas:

  • Sobreprotección. Esta actitud de los padres envía un mensaje indirecto pero fulminante. El niño comenzará a pensar que, sin la ayuda de otra persona, no podrá resolver diversas situaciones, incluso las más sencillas.

  • Sobreexigencia. El niño comenzará a proyectar que sus habilidades no son suficientes para alcanzar las metas. Esta actitud de los padres creará personas perfeccionistas y poco satisfechas con su autopercepción.

Sin embargo, los padres pueden y deben manifestar las siguientes actitudes, y demostrarlas con sus hechos. Así colaborarán en la autoestima positiva de sus hijos:

  • Aprovechen cada oportunidad para expresar amor físico y verbal.

  • Manejen sabiamente la diferencia entre el rechazo a una conducta específica y la aceptación de la persona.

  • Motiven a sus hijos a resolver las situaciones por sí mismos. Los padres no estarás siempre presentes para proteger a sus hijos.

  • Celebren cada logro de sus hijos, y anímenlos a dar lo mejor de sí.

  • No eviten que cometa algunos errores. Los errores son parte del aprendizaje.

  • No transfieran sus propias frustraciones a sus hijos.

  • Revisen su propia autoestima.

  • No olviden que ustedes son la principal fuente de motivación de sus hijos. Aprovechen esta oportunidad y privilegio para consolidar una buena autoestima en ellos.