¿Cómo orientar a aquellos estudiantes que generalmente no logran cumplir con la entrega de trabajos prácticos, investigaciones u otras tareas fuera de clase? Aunque hayan tenido suficiente tiempo para contemplar imprevistos, algunos han llegado a conseguir de sus padres una nota que intenta justificar su incumplimiento.
A pesar de la exactitud con que medimos el tiempo, para algunos estudiantes, el tiempo suele ser relativo. Muchos dejan para último momento sus tareas académicas y se dan cuenta demasiado tarde que el tiempo se les acabó. Una buena gestión del tiempo dedicado a los estudios será probablemente uno de los aprendizajes más importantes para la vida, que trasciende las fronteras de la institución escolar. Formar hábitos de estudio requiere disciplina, determinación y constancia.
Una correcta administración del tiempo
Una persona que gestiona correctamente su tiempo no siente que el reloj lo persigue o que el tiempo de estudio no es suficiente, porque aprende a sacar el máximo provecho posible de cada minuto dedicado al repaso de los conocimientos que necesita interiorizar. Por ejemplo, aplicando la técnica del Pomodoro.
Para una gestión correcta del tiempo debemos establecer prioridades que nos ayudarán a llevar a cabo las tareas diarias desde las más importantes o urgentes a las menos importantes o menos urgentes. De esa manera iremos realizando nuestras tareas sin tener la presión del tiempo.
«Es deber de todo cristiano adquirir hábitos de orden, minuciosidad y prontitud. No hay excusa para hacer lenta y chapuceramente el trabajo, cualquiera sea su clase. Cuando uno está siempre en el trabajo, y el trabajo nunca está hecho, es porque no se ponen en él la mente y el corazón. La persona lenta y que trabaja con desventajas, debiera darse cuenta de que ésas son faltas que deben corregirse. Necesita ejercitar su mente haciendo planes referentes a cómo usar el tiempo para alcanzar los mejores resultados».
Volvemos a lo mismo de siempre, el hogar es la primera escuela, en la casa aprendemos a “ser”. Observamos el comportamiento de nuestros padres, en la casa, en el trabajo, en la calle, en la iglesia, en todo lugar. Si hemos absorbido ejemplo de productividad efectiva, los resultados son obvios.
5 claves para ser buen estudiante
Los expertos de una de las universidades más prestigiosas del mundo (Harvard), mencionan algunas claves para ser buen estudiante:
Alterna las asignaturas. Organiza tu calendario de manera que puedas estudiar al menos dos asignaturas por día. Variar en temas refuerza la memoria a largo plazo y profundiza el aprendizaje, aseguran los expertos.
Duerme por las noches. Lejos de lo que solemos pensar, quedarse estudiando toda la noche es una pésima idea. Debes dormir al menos 7 u 8 horas a la noche con un sueño regular.
Toma recreos en tus horas de estudio. No te encierres 6 horas seguidas a leer. Es importante que le des a tu mente pequeños recreos para despejar.
No releas. La clave de una buena lectura que te permita retener conceptos es leer una vez con total atención. Es mejor recordar lo que leíste antes de caer en la tentación de querer memorizar en lugar de pensar.
Toma apuntes a mano. Por más que las tecnologías sean grandes aliadas en el estudio, nuestro cerebro responde al estímulo de la escritura manual. Compruébalo tomando apuntes y escribiendo resúmenes a mano.
Adaptado de Universia.
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