¿Qué es leer? La Real Academia Española define este verbo como “pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los caracteres empleados”.
Leer es una práctica que nos abre las puertas del mundo, nos permite adquirir conocimiento, nos lleva a soñar y a comprender el pensamiento de quien escribe, a realizar inferencias gracias a los conocimientos previos que podamos tener. Por lo tanto, es importante conocer estrategias que nos permitan llegar a una verdadera comprensión lectora con nuestros estudiantes.
Para comprender es necesario desarrollar varias destrezas mentales o procesos cognitivos: anticipar lo que dirá un escrito, aportar nuestros conocimientos previos, hacer hipótesis y verificarlas, elaborar inferencias para comprender lo que sólo se sugiere, construir un significado, etc. Llamamos alfabetización funcional a este conjunto de destrezas, a la capacidad de comprender un texto. Y denominamos analfabeto funcional a quien no puede comprender la prosa, aunque pueda oralizarla en voz alta. (Cassany, 2006)
Como maestros, debemos fijarnos como meta lograr que nuestros estudiantes se conviertan en lectores competentes y autónomos. Para esto, hay algunas estrategias que nos serán de utilidad en el trabajo docente:
Predecir y verificar la lectura: Los títulos e imágenes nos permiten ejercitar las inferencias sobre el texto y se pueden realizar antes, durante y después de la lectura. Esto genera la formulación de hipótesis sobre un texto. Al avanzar la lectura podremos ir comprobando la validez de las inferencias realizadas.
Proponerse un objetivo de lectura: ¿Por qué quiero leer este texto? ¿Quiero leer para aprender un tema?, ¿para investigar?, ¿para profundizar mi conocimiento sobre algo?, ¿para saber qué hacer en situaciones determinadas?, ¿para entretenerme? Conocer el objetivo es un generador motivacional potente.
Utilizar los conocimientos previos para conectar las ideas que se van leyendo: Las experiencias vividas que se relacionen con la lectura, el haber leído otros textos del mismo autor y conocer su estilo, situaciones que el lector ya ha experimentado, permitirán que el texto actual adquiera mayor significado para quien lo lee.
Realizar una lectura panorámica: Fijar la mirada en los títulos, subtítulos, leyendas de imágenes, citas textuales, gráficos e ideas que llamen la atención del lector hacia lo que es más importante para él.
Leer y cuestionar: Mientras se realiza la lectura deben plantearse preguntas al texto, tanto literales como inferenciales y de juicio crítico: ¿Cómo? ¿Quién? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué creo yo sobre lo que dice el texto? ¿Comparto la misma opinión? ¿Cómo creo que debería ser? ¿Qué cambiaría yo en el texto?
Identificar las ideas importantes: Puede utilizarse el subrayado para señalar lo relevante del texto. Estas ideas importantes nos permitirán también realizar una síntesis del texto utilizando diversos organizadores gráficos que después podrán servir para recordar fácilmente lo que nos es necesario.
Comentar el texto: Todo texto nos presenta la idea de un autor que nos la quiere transmitir a nosotros. Como si fuese una conversación, podemos escribir comentarios en los párrafos del texto que se está leyendo, dándole así una mayor significación.
Imaginar y sentir lo que se lee: Podemos generar imágenes de aquello que vamos leyendo, así como también los olores, las texturas, las dimensiones, etc. Podemos entender los sentimientos del autor a través de la forma cómo se expresa en el texto escrito pudiendo conocer más de su personalidad. De esta manera, comprenderemos mejor el mensaje que nos quiere brindar. Podemos opinar sobre las características de los personajes de un texto y sus sentimientos, etc.
Realizar actividades metacognitivas: ¿Qué estrategias de lectura son más eficientes para mí? ¿Estoy logrando mi objetivo de comprensión lectora con las estrategias que estoy utilizando? ¿Qué estrategias puedo utilizar para que me sea más fácil comprender una lectura?
Hallar el significado de nuevas palabras: Podemos encontrar el significado de una palabra de acuerdo al contexto en el que se escribió o buscándola en el diccionario. El conocer el significado de las palabras permitirá comprender con mayor fluidez el texto.
Es necesario expresar que estas no son las únicas estrategias para lograr una mejor comprensión lectora. Cada maestro es un ingenioso generador de nuevas estrategias. Cada vez que las pongamos en práctica, evaluemos los resultados para tomar decisiones sobre la eficacia de su utilización o la mejora de ellas.
Recordemos que cuando guiamos a nuestros niños hacia una lectura comprensiva estamos abriendo para ellos una puerta que nadie podrá cerrar.
El apóstol Pablo aconsejó a Timoteo: “Entretanto que llego, ocúpate en la lectura de las Escrituras, la exhortación y la enseñanza”. 1 Timoteo 4:13 online.
Cassany, D. (2006). Entre líneas. Editorial Anagrama, Barcelona.
Pinzás, J. (2003). Metacognición y lectura. Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, Perú.
Tomar estas herramientas y ponerlas en práctica cada vez que le damos a nuestros alumnos un texto. Estar presente y ayudarlo a que pueda tener significado lo que lee es algo muy valioso, tanto para alumno como docente.