Uno de los temas recurrentes dentro de las escuelas cristianas (adventistas) es el manejo de textos didácticos que sean coherentes con la cosmovisión que se sustenta. Sin embargo, algunas veces, hay padres y docentes que no están convencidos de esta necesidad, ya que argumentan que existen textos seculares que no se contraponen filosóficamente con nuestra postura.

Como adultos reflexivos debemos ser conscientes de que todo libro trasmite una ideología, tiene una intencionalidad, sumado a que todo lector lleva a cabo un trabajo productivo, reescribiendo y connotando cada texto. ¡Cuánto más el texto escolar!

Una de las definiciones de libros escolares expresa que son aquellos que presentan contenidos, valores, metodología e ilustraciones recogidos y seleccionados con intencionalidad, de acuerdo con el nivel escolar, las políticas educativas dadas por el currículo vigente y la cosmovisión de editorial. Es decir, no existe un libro neutro, sin intención. La pregunta que surge es ¿qué intención pueden tener los textos seculares y cuál los cristianos (adventistas)?

La intencionalidad de ACES Educación para todos sus textos está basada en la concepción adventista de la educación, es una actividad redentora, de consecuencias eternas. Por eso, el objetivo de la educación y de la redención es el mismo.

Elena de White expresa: “La obra de la redención debía restaurar [en el hombre] la imagen de su Hacedor, hacerlo volver a la perfección con que había sido creado, promover el desarrollo del cuerpo, la mente y el alma, a fin de que se llevara a cabo el propósito divino de su creación”.1

En base a esa intencionalidad, nuestros textos escolares adventistas se basan en las siguientes premisas:

  • Currículo integral restaurador, basado en la pedología adventista, respetando los contenidos de acreditación escolar de cada país.

  • Teorías del aprendizaje basadas en la pedagogía adventista, que apoya el desarrollo evolutivo del educando y un concepto de inteligencias múltiples.

  • Teorías de la enseñanza que respetan el modo de aprender y tienen como fin el formar personas reflexivas, autónomas y creativas.

  • Integración fe-enseñanza que se articula en forma transversal con aquellos contenidos que son de fácil relación (ejemplo ciencias naturales, lengua) y se puntualiza en aquellos que son de difícil integración (matemática).

Un sistema educativo adventista necesita contar con libros basados en la filosofía adventista. Esta es la razón de ser de nuestros libros. Ya no se debería concebir la educación adventista sin libros adventistas.

Como editorial adventista adherimos a la declaración de Elena de White que sostiene: “El Señor requiere de los maestros que eliminen de nuestras escuelas los libros que enseñan sentimientos que no están de acuerdo con su Palabra, y den lugar a libros que son del más alto valor. Dios será honrado cuando ellos muestren al mundo que tienen una sabiduría más que humana, porque el Maestro de los maestros es su instructor”2

Elegir el camino de Dios es una decisión que cada uno de nuestros estudiantes debe tomar por sí solo. No podemos hacer nada para forzar una relación amorosa y salvadora con nuestro Señor. Todo lo que podemos hacer es ofrecerles una opción atractiva y guiarlos suavemente en esa dirección.

“Los niños no pueden ser llevados al Señor por la fuerza. Pueden ser conducidos, pero no forzados”. 3

Estamos trabajando día a día por ello.

Autora: Claudia Brunelli
Subgerente de Educación – Editorial ACES

  • White, La educación, p. 13.
  • White, Consejos para los maestros, pp. 376 y 377.
  • White, El hogar cristiano, p. 279.