¡Ser docente! ¡Qué gran desafío y qué gran responsabilidad puesta en las manos de una persona!
Una tarea noble y digna que entrelaza todos los aspectos inherentes a una persona en las diferentes etapas de su vida “para prepararlos en el gozo de servir en este mundo, y para un gozo superior proporcionado por un servicio más amplio en el mundo venidero” (La educación online).
¿Cómo los docentes podemos lograr buenas prácticas?
Primero Dios: La primera tarea que un maestro debe realizar antes de empezar el día es estar en comunión con Dios. ¡Qué dulces son estos momentos en que podemos escuchar las palabras de nuestro amado Dios a través del estudio de la Biblia y cuán grato es para él escuchar nuestros agradecimientos y las peticiones que elevamos confiadamente hacia su trono de gracia! Este momento especial nos llena de poder para reflejar el amor de Dios hacia nuestros estudiantes.
La Biblia nos refiere que cuando Moisés bajó del monte Sinaí con las tablas de la Ley de Dios su rostro brillaba porque había estado ante la presencia del Todopoderoso. Asimismo, cuando nosotros dedicamos un tiempo especial para estar en comunión con nuestro Padre celestial podemos ser un fiel testimonio de la obra que Dios realiza en la vida de una persona.
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas serán añadidas” (Mateo 6:33 online).
Busca la excelencia: Un maestro nunca debe conformarse con lo que tiene. Siempre hay algo nuevo que alcanzar, algo nuevo que aprender. Se puede correr el riesgo de pensar que ya se ha adquirido mucho conocimiento, teórico o práctico, pero debemos reconocer que nunca serán suficientes. Nuevas generaciones de estudiantes van pasando por nuestras aulas con características diferentes. La forma como se enseñó años atrás no puede ser la misma que debemos brindar a los estudiantes de las generaciones presentes. Capacitarse constantemente debe ser el estilo de vida para brindar calidad a nuestros estudiantes.
“¿Has visto un hombre diestro en su trabajo? Estará delante de los reyes; no estará delante de hombres sin importancia”. (Proverbios 22:29 online). ¿Qué podemos entender por diestro? El diccionario lo define como hábil, experto en un arte y oficio. ¡No te detengas! Siempre mira hacia el horizonte. No hay límite en nuestro aprendizaje como educadores.
Conócete a ti mismo: Identificar cuáles son las fortalezas y debilidades es un paso determinante. ¡Qué difícil es crecer cuando creemos que todo lo que hacemos es bueno y nos cegamos ante aquellas características que debemos cambiar! ¿Cómo puedo fortalecer aquello que no conozco o cómo puedo eliminar aquellos rasgos que no identifico? Autoevaluarse permitirá que conozcamos aquellos detalles que aman mis alumnos de mi labor como maestro y que quisieran recibir más de mí. Esto permitirá que ellos trabajen en un ambiente agradable, de comprensión, de alegría y bienestar generando un mejor aprendizaje. De la misma forma, al conocer aquellos detalles que bloquean nuestra llegada a los estudiantes, nos permitirá realizar un giro en la forma como estamos trabajando. Si pedimos la ayuda del Espíritu Santo, él nos hará conocer y entender aquellas cosas que nosotros no logramos ver.
El rey David pedía a Dios: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si en mí hay caminos de perversidad, y guíame en el camino eterno” (Salmo 139: 23-24 online). Seamos humildes para aceptar que no somos perfectos, solo Dios puede cambiar aquello que debe ser cambiado.
Conoce a tus alumnos: Dios creó a cada persona única e irrepetible, con características y talentos especiales que deben ser usados en el servicio a Dios. Un maestro debe conocer cuáles son esas características en sus estudiantes para guiarlos como corresponde. No todos aprenden de la misma forma, cada uno tiene un estilo diferente y utilizar los diferentes estilos de aprendizaje en nuestra práctica docente va a proveer un mejor desarrollo de nuestros estudiantes, ya que generaremos mejores ambientes de estudio con estrategias que los ayuden a construir su propio aprendizaje. Cada estudiante necesita ser moldeado de madera diferente. Un maestro debe tener la capacidad de buscar sus destrezas para potenciarlas y colocar en la mente de sus estudiantes que pueden ser capaces de lograr grandes cosas.
“Un emperador sabio sabe cómo elegir a la persona adecuada. Es como un hábil carpintero que sabe utilizar madera recta para hacer varas, madera curva para hacer ruedas, madera larga para hacer vigas y madera corta para hacer postes. Por lo tanto, se utiliza la madera de todas las formas y extensiones. El emperador debería utilizar al personal de la misma forma, usando al sabio por su ingenio, al ignorante por su fuerza, al valiente por su valor y al tímido por su prudencia. Así como un buen carpintero no descarta ninguna madera, un emperador sabio no descarta a ningún hombre.” (Emperador Tang Taizon, año 648 d. C.)
Siempre miremos a nuestros estudiantes como diamantes que están listos para brillar. Cada uno necesita que veamos en ellos lo que pueden llegar a ser.
Comparte y recibe: La capacidad de dar y recibir está relacionada con la grandeza del carácter. Es bueno reconocer aquellas prácticas docentes que han dado éxito a otros maestros. ¡Tomémoslas en cuenta! Aplaudamos los logros de los demás, aportemos con nuestras ideas y entre todos lograremos alcanzar metas más altas que las que podríamos alcanzar por nosotros mismos. Compartamos también nuestras historias de éxito, no las guardemos para nosotros mismos, porque el objetivo es preparar a todos los estudiantes para un fin superior.
Utiliza los recursos: Los tiempos han cambiado y cada día que pasa la tecnología avanza a grandes pasos. Hoy en día es necesario tener en mano las herramientas que nos van a permitir competir en el mundo actual: la sociedad del conocimiento. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) pueden ser utilizadas para generar nuevas formas de aprender ya que nos brindan una gran diversidad de recursos de apoyo para la enseñanza, como material didáctico, plataformas virtuales, foros, entornos de trabajo colaborativo, etc.
Finalmente, “preséntate en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence y no tenga nada malo que decir de nosotros” (Tito 2:7-8 online). Cuando un maestro busca realizar su trabajo para Dios, no hay nada que lo pueda detener. Buscará dar lo mejor porque su fin es glorificar el nombre de Dios.
El profeta Daniel nos dice: “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Daniel 12:3 online). ¡Qué gran promesa para un maestro cristiano!
Deja tu comentario