Las bibliotecas de aula están constituidas por una gran variedad de libros, revistas y otros materiales impresos apropiados para la edad de los estudiantes. Deben de ser dinámicas y estar en continua renovación.
La biblioteca de aula no compite con la biblioteca escolar. Si en la escuela hay una biblioteca central, ambas bibliotecas coexisten. El propósito de la biblioteca áulica es resolver las consultas cotidianas específicas de los estudiantes.
Compartimos algunas ideas de Mabel Condemarín, en su documento titulado Bibliotecas de aula.
Ventajas de las bibliotecas de aula
Enriquece la comunicación y el desarrollo de las cuatro funciones básicas del lenguaje: escuchar, hablar, leer y escribir.
Favorece el desarrollo del lector por medio de la estimulación de la comprensión lectora.
Provee a los alumnos variado material que permite el disfrute por la lectura y además, que aprenda a su propio ritmo y nivel.
Tiene la oportunidad de que los alumnos se puedan familiarizar con una gran cantidad de palabras.
Permite a los alumnos familiarizarse con diferentes tipos de géneros y diversidad de autores.
Para que el uso de la biblioteca sea efectivo, los materiales deben estar al alcance de los estudiantes y deben ser entes activos en el cuidado y mantención de los libros. Para ello se propone elaborar un botiquín para libros, el cual debe contener:
Pegamento
Tijeras
Clips
Cinta adhesiva u otro material que sirva para enmendar libros
Principales funciones de las bibliotecas de aula
Familiaridad con los libros
Lecturas compartidas
Contar y leer cuentos alternadamente
Jugar a leer
Desarrollo del lenguaje oral
Lectura en voz alta
Grupos de lectura
Juego de roles y dramatizaciones
Realización de actividades artísticas
Préstamo domiciliario
Cercanía con los autores
Periodismo escolar
Lectura silenciosa sostenida
Registro y estímulo de las lecturas realizadas
Colocar un gráfico que permita visualizar cuál es el libro más leído y destacar de igual forma al mejor lector.
Alcancía de títulos. Cada vez que un alumno lea un libro, en la alcancía echa un papel que indique su nombre y título del libro leído; una vez por semana se sacará un papel y el alumno seleccionado comentará de qué trata el libro que leyó.
Tener un portafolio por estudiante que permita guardar cada uno de los informes que realizó después de sus lecturas.
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