El humor es un condicionamiento irremplazable en la enseñanza, que agudiza la mente y el apetito de saber. -Barlow (1977).

En la Edad Media, de acuerdo a los paradigmas de la época, el humor fue considerado como algo intrascendente, fútil, sin importancia. De hecho, se observaba como una amenaza contra las normas establecidas. Avanzando en la historia, ya por el siglo XX, es posible observar cómo en las instituciones educativas se enseñaba a través del miedo, con castigo no solo emocional sino también físico. Quizás la frase que resume esa tendencia fue la de Francisco Goya: “La letra entra con sangre”, creyendo que, de esa manera, con seriedad, los aprendizajes se internalizarían en los niños y niñas.

Sin embargo, con el paso de los años, esto ha tenido un vuelco. Los estudios demuestran que las relaciones interpersonales afables, respetuosas y que se combinan con humor generan ambientes que contribuyen a la cognición, incluso se percibe como una estrategia educativa, como una propuesta pedagógica que favorece y estimula el aprendizaje, generando espacios agradables, saludables y distendidos, en los cuales las y los estudiantes presentan una disposición favorable para aprender.

Aristóteles dijo: “Educar la mente sin educar el corazón no es educación en absoluto”. Y esta es una aseveración muy asertiva. En tal sentido, el humor juega un rol preponderante, ya que permite conectar el corazón y la mente. Y en un aula el docente tiene una gran responsabilidad al respecto, ya que puede ser el artífice de un gran impacto social y emocional en los estudiantes, estimulando la creatividad, la libre personalidad, el optimismo y la confianza que requieren para creer que son capaces de lograr lo que se propongan. Dicho de otro modo, el sentido del humor en el aula facilita la relación entre el maestro y sus estudiantes de manera influyente y genera más y mejores oportunidades de aprendizajes. Por lo tanto, el humor puede presentarse en el aula como un instrumento de gran utilidad favoreciendo tanto el aprendizaje cognitivo como también el socioafectivo y emocional.

A continuación, mencionaremos algunas ideas para incorporar el humor en el aula:

  • Conoce a tu grupo curso. Comprender y conocer al grupo curso, te ayudará a empatizar con ellos y será una pauta para elegir qué tipo de humor será apropiado y bien recibido por tus estudiantes.

  • Sé autentico. Usa tu propio estilo de humor. La autenticidad será clave para conectar con las y los estudiantes.

  • Que el sentido del humor sea el puente. Utiliza el humor como herramienta para conectar con tus estudiantes y lograr que los conceptos sean más accesibles a ellos.

  • Construye relaciones. El sentido del humor puede contribuir en generar un ambiente amigable, más relajado y propenso para el aprendizaje. Además, servirá para construir relaciones sólidas y de respecto con tus estudiantes.

  • Relaciona el humor con el contenido. De manera creativa, busca formas para incorporar el humor con las unidades de aprendizaje de tu asignatura, relacionándolo con el contenido que estas enseñando.