“Mientras caminaba junto al mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: uno era Simón, llamado Pedro, y el otro Andrés. Estaban echando la red al lago, pues eran pescadores. «Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres»” (Mateo 4:18-19, NVI online).
A lo largo de la historia, nos encontramos con grupos de personas que han formado equipos que, enfocados en una causa, se unen y trabajan en conjunto para alcanzar una meta, un objetivo, un ideal.
Un ejemplo relevante en cuanto a equipos de trabajo y especialmente al “cómo escoger con quiénes trabajar”, es la experiencia y gestión realizada por Jesús al buscar a sus discípulos, con quienes trabajaría en favor de la humanidad. La Biblia dice que lo primero que ocurrió fue que los “vio”, los observó mientras ellos trabajaban y se desarrollaban en sus habilidades. Luego los invitó a trabajar con él en una obra más elevada, pero no tan distinta a los conocimientos previos que tenían. A los pescadores, les llamó a ser pescadores de hombres, a los que remendaban, les invitó a remendar corazones quebrantados, sanar enfermos, libertar a los cautivos.
Si descendemos un poco más en la historia y nos situamos en las últimas décadas, tenemos el ejemplo de Google, un buscador de internet exitoso, formado por equipos de alto rendimiento. Ellos investigaron por más de dos años las dinámicas de equipos de trabajo y descubrieron que el secreto para la productividad estaba en la interacción entre las partes del equipo y no en los elementos que lo conformaban. Es decir, existen distintas capacidades, talentos, roles o funciones en un equipo, pero todos son igualmente importantes.
Ahora bien, dentro de una institución educativa, en cuanto a los ejemplos dados, no es muy diferente. Es más, los equipos de trabajo deben estar tan bien cohesionados que jamás pierdan de vista el objetivo fundamental; que es, entre otros, el logro del aprendizaje significativo de los estudiantes. Por lo tanto, es necesario mencionar algunas características que deberían existir dentro de los equipos de docentes:
Tener objetivos muy claros, compartidos y en común, además de conocer los pasos a seguir.
Poseer un alto desarrollo individual de las competencias de alto rendimiento, conocidas como las 5c: comunicación, cohesión, compromiso, colaboración y confianza.
Establecer relaciones interpersonales sinérgicas.
Invertir en capacitación y tecnología.
Facilitar un clima organizacional positivo y de confianza en las áreas donde se desempeña.
- Generar estrategias motivadoras e idealmente desarrollar metodologías activas que involucren aprendizaje y servicio.
En definitiva, el factor más importante al conformar equipos de trabajo exitosos donde se puedan alcanzar metas institucionales, es el factor humano, dado que como se mencionó, la unión de todas las personas con un objetivo en común, identificadas con el proyecto, en sinergia y confianza constante hará que se alcance la meta. Al mismo tiempo, el liderazgo que se proyecte y gestione es de suma importancia ya que motivará e influirá a cada integrante del equipo y a su contexto en general (estudiantes, familias, institución).
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