“Todo el que quiera ser sabio debe empezar por obedecer a Dios”.
Proverbios 1: 7, Traducción en Lenguaje Actual, Leer online
El liderazgo pedagógico de la dirección escolar “desempeña un papel fundamental en la puesta en práctica de una escuela como comunidad de aprendizaje, con un clima de trabajo adecuado centrado en el aprendizaje” (Bolívar, Caballero y García-Garnica, 2017, p. 494).
Para Fullan y Hargreaves (1999), “el logro de una comunidad de aprendizaje, como culturas de trabajo colaborativo, debe ser la característica de las escuelas eficaces que han logrado importantes avances en la construcción de ambientes sanos para el desarrollo profesional y el aprendizaje de los alumnos” (Citado en Castillo, Puigdellivol y Antúnez, 2017, p. 4 ).
La OECD sostiene que el modelo de liderazgo pedagógico tiene tres características importantes:
Se enfoca en la práctica de mejorar la calidad de enseñanza y el desempeño de los estudiantes.
Trata el liderazgo como un reparto funcional más que como una actividad basada en roles.
Requiere de inversión más o menos continua en conocimiento y habilidad, tanto porque la base de conocimiento en torno a la práctica del docente está cambiando constantemente y debido a la población de líderes reales y potenciales que fluye constantemente. (Elmore, 2008).
Es interesante fijar la atención en el tercer punto que enfatiza el flujo constante de líderes y quizá allí aportar la siguiente cuestión: ¿hasta dónde o hasta quién ha de trascender la instalación de una estructura firme que permita, independiente a quién ejerza el liderazgo, los colores con los que ha de continuar o perpetuar los trazos pedagógicos en el centro educativo? La respuesta a esta pregunta obliga o exige una política que unifique miradas, enfoques y paradigmas.
Para Fullan (2014), la dirección escolar puede maximizar su papel en la mejora como ”líder del aprendizaje (leading learning), que conforma las condiciones para que todos puedan aprender de forma continua y que trabaja de manera colaborativa para mejor” (Citado en Bolívar et al., 2017, p. 2) Y ese todos, no es exclusivo de los estudiantes, ni excluyente de quienes imparten la enseñanza o la dirección.
García-Garnica (2018) sostiene que los docentes valoran positivamente el liderazgo pedagógico del director, enfatizando entre ellos “Crear un buen ambiente de trabajo, fomentar la colaboración, estar disponible para resolver cuestiones pedagógicas, gestionar el currículo, asegurar que este se adapte a las necesidades del centro” (p. 14).
En otras palabras, centrar su atención en lo medular del trabajo pedagógico o, como define Barber y Mourshed, (2008) “ser docente es ayudar a los niños a aprender. Ser director es ayudar a los adultos a aprender. Por eso es difícil… Yo recorro los pasillos, recorro los pasillos y recorro los pasillos… Solo reviso mi correo cuando todos los demás ya se fueron” (Citado en Contreras, 2016, p. 246).
El eje de cada acción, en este modelo de liderazgo, es el aprendizaje exitoso y el desarrollo óptimo de los alumnos y las personas, y no las tareas, reglas o papeles.
Para ello, el líder sabio, pone su mira en el Líder por excelencia: Jesús; y habilita entornos donde el respeto, el sentido de pertenencia, el acompañamiento empático, la proyección de esperanza, la autenticidad, la libertad, el amor y la plenitud se manifiesten.
Que como líder puedas exclamar cada día:
“No me aparté de tus juicios, porque tú me enseñaste”.
Salmo 119:102, Reina-Valera 1995, Leer online
Bolívar, A., Caballero, K., & García-Garnica, M. (2017). Evaluación multidimensional del liderazgo pedagógico: claves para la mejora escolar. Ensaio: Avaliação e Políticas Públicas Em Educação, 25, 483–506. Leer online
Castillo, P., Puigdellivol, I., & Antúnez, S. (2017). El liderazgo compartido como factor de sostenibilidad del proyecto de comunidades de aprendizajes. Estudios Pedagógicos (Valdivia), 43(1), 41–59. Leer online
Contreras, T. (2016). «Liderazgo pedagógico, liderazgo docente y su papel en la mejora de la escuela: una aproximación teórica», en Propósitos y Representaciones, 4(2), 231–258.
Elmore, R. (2008). «Leadership as the practique of improvement», en D. Hopkins, D. Nusche, & B. Pont (Eds.), Improving School Leadership: Case studies on system leadership (Vol. 2, pp. 37–67). OECD. Leer online
García-Garnica, M. (2018). «Prácticas Eficaces de Liderazgo Dirigidas a Apoyar la Calidad Docente en los CEIP Públicos de Andalucía. La Percepción de Directivos y Maestros», en REICE (Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación), 16(3), 139–156.
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