Niños autónomos: el sueño de todo padre o profesor. ¿Podremos lograrlo? ¿Habrá alguna receta secreta?
En términos jurídicos, la autonomía es la capacidad de los sujetos de derecho para establecer reglas de conducta para sí mismos y en sus relaciones con los demás, dentro de los límites que la ley señala.
En términos más sencillos, es la condición de quien, para ciertas cosas, no depende de nadie.
¿Cómo lograr niños autónomos, que no dependan de sus padres o profesores para realizar todas las actividades?
Lograr autonomía requiere tiempo, dedicación, práctica, constancia y paciencia de parte de los padres y los docentes.
Tiempo. Es uno de los recursos más valiosos, si no el más valioso. ¡Qué riqueza tienen aquellos que pueden disponer de su tiempo como les plazca! Es un regalo invaluable que solo algunos saben administrar sabiamente.
Dedicación. Relacionada directamente con el tiempo. La dedicación dependerá del tiempo invertido en enseñar, motivar e inculcar independencia en nuestros niños.
Práctica. Para que podamos practicar actividades con nuestros hijos también necesitamos tiempo. La cantidad de veces que practiquemos lo que deseamos que aprendan será directamente proporcional a lo bien que lo harán cuando estén solos. Porque estuvimos ahí viéndolos hacerlo.
Constancia. Obviamente, no siempre salen las cosas como queremos, especialmente para los adultos, que cuando enseñamos una cosa esperamos que aprendan de inmediato. La constancia es no rendirse, hacer lo que sea necesario, las veces que haga falta, sin bajar los brazos.
Paciencia. Algunos niños tardan más en aprender o hacer lo que esperamos que hagan; depende de la madurez, del ambiente, de la motivación de los padres, de quienes los cuidan, de los pares con quienes se relacionan normalmente. Así que, se necesita mucha paciencia.
¿En qué consiste la autonomía en el hogar?
Un niño autónomo en el hogar es aquel que puede comer o vestirse solo, atarse los cordones, bañarse, alimentar a su mascota, acomodar su ropa. Aquellos que están en edad escolar, pueden preparar la mochila solos, ver que tenga todos los útiles para el día. Como adultos, pensamos que son cosas sencillas, pero los niños que logran estas habilidades tuvieron mucho de lo citado anteriormente a fin de poder desenvolverse independientemente en estos aspectos.
¿En qué consiste la autonomía en la escuela?
Mientras escribo, observo a mis alumnos de primer grado, son niños de seis y siete años. Puedo decir que son autónomos cuando van solos al baño. Claro, lo han aprendido en la casa, en el jardín o preescolar. Son autónomos porque disponen ellos mismos de su merienda, algunos traen su galletita y juguito, otros, dinero para comprar en el kiosco. Observo cuando se atan los cordones después de la clase de educación física. Van adquiriendo autonomía mientras juntan sus útiles escolares al finalizar la clase, al revisar los cajones para no olvidar algún cuaderno u otro artículo escolar.
Pero la autonomía va más allá de la disciplina o el orden con que los hijos o alumnos se crían o se desarrollan. Es necesario dejar que ellos experimenten, que se ensucien, que fallen en los intentos, no una, sino varias veces.
Quizás aspiremos a que nuestros niños sean pulcros, los que menos se equivocan, los que son buenos en todo, para lograr aproximarnos a la “perfección”. Si es así, inculquemos en ellos la constancia y la paciencia, porque estamos rodeados de lo “inmediato” y se están perdiendo esos valores. Y no olvidemos nunca que la familia es y será siempre la primera escuela y formadora de los pequeños.
El siguiente video da una muy buena explicación de la autonomía, los invito a verlo y sacar sus propias conclusiones.
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