Como docentes y/o padres, a menudo nos encontramos con que nuestros alumnos e hijos, por ser tan dependientes de su dispositivo móvil (teléfono celular), desconocen ciertas indicaciones, direcciones o números de teléfono. Saber dónde vivo, cuál es mi teléfono o la dirección de mi escuela son datos que para los adultos era normal saberlos de memoria en su niñez y adolescencia. Sin embargo, las nuevas generaciones anotan todo en el celular. Si lo pierden, muchas veces quedan incomunicados y sin saber qué hacer. Ha disminuido el esfuerzo por recordar o aprender de memoria ciertos datos básicos. Para mejorar esta situación es fundamental conocer y desarrollar lo que llamamos memoria de trabajo.
La memoria de trabajo (MT) se define como un sistema cerebral que mantiene temporalmente y manipula la información necesaria para llevar a cabo procesos cognitivos complejos como la comprensión del lenguaje, la lectura y el razonamiento (Baddeley, 1992).
La memoria de trabajo está situada principalmente en los lóbulos frontales del cerebro. Su función es dirigir los contenidos almacenados en la memoria hacia la realización de conductas adaptativas. Los lóbulos frontales actúan como un sistema central inteligente, encargado de la codificación y la recuperación. Su capacidad nos permite crear procesos como iniciar y dirigir una búsqueda, monitorizar y verificar el resultado de la búsqueda y comparar el resultado encontrado con lo esperado.
La MT ayuda a retener la información acerca de la experiencia pasada inmediata, y además ayuda a soportar y sustentar la adquisición de un nuevo conocimiento y de esta manera solucionar problemas y formular, relacionar y actuar sobre sus actuales objetivos.
La MT tiene dos subsistemas, que son el bucle fonológico y la agenda visoespacial. El primer subsistema es el encargado del almacenamiento temporal de la información fonológica. El segundo subsistema se encarga de almacenar la información visual y espacial.
El bucle fonológico está basado en el lenguaje y en el habla interna. La agenda visoespacial permite almacenar información visual y espacial. Se relaciona con tareas como recordar dónde se ha dejado el celular, rotar mentalmente un monumento para lograr imaginar cómo es del otro lado, resolver problemas de geometría, imaginar la perspectiva de otra persona al ver una escena, y cualquier otra situación o tarea en la cual sea preciso la manipulación y creación de una representación que conserve las características visuales y espaciales.
La MT está altamente relacionada con el logro escolar en niños y adolescentes y se considera que sus múltiples componentes juegan un papel primordial en la adquisición de conocimientos lingüísticos y matemáticos (Holmes & Adams, 2006).
Ejercicios para aumentar la memoria de trabajo
Solicitar al estudiante que repita datos; por ejemplo, números, en el mismo orden en que los escucha. Luego, solicitar que los repita en el orden inverso en el que los escuchó.
Leer una serie de números y letras desordenadas. El estudiante debe recordar y repetir la serie ordenando los números de menor a mayor y las letras por orden alfabético.
Pedir al estudiante que contemple algún objeto por unos segundos. Luego, quitarlo y pedirle que lo dibuje con el mayor grado de detalle que le sea posible.
Exhibir una imagen de algún objeto o personaje y pedir al estudiante que dibuje la parte de atrás que no se ve. De esta manera se disparan los conocimientos previos que pueda tener para realizar correctamente la tarea.
Seleccionar una historia breve que brinde cierta información específica. Luego, plantear un problema que puede ser resuelto con el conocimiento referido en la historia.
Dar una serie de indicaciones de forma oral. El estudiante deberá recordar todas las indicaciones para poder realizar la tarea con éxito. Por ejemplo, una búsqueda del tesoro con pistas, pero en vez de escribirlas, designar a ciertas personas para que anuncien las pistas de forma oral, solamente una vez. Los estudiantes deben retener la información para poder descifrar el acertijo y llegar correctamente a la siguiente pista.
Entrar a una habitación donde nunca antes habían entrado, recorrerla el tiempo necesario, pueden contar pasos, etc. y observar bien todo lo que contiene. Luego, vendar los ojos a un estudiante que deberá recordar dónde estaban los objetos para no chocarlos y llegar de un lugar a otro con la menor cantidad de inconvenientes posibles.
Plantee ejercicios o tareas donde sea necesario utilizar la memoria para resolver una actividad en concreto. Puede ser necesario recordar algo que se aprendió hace poco o que se le dijo anteriormente y que necesita recordar solamente para realizar esa actividad específica en ese momento.
Se pueden utilizar innumerables estrategias, pero lo importante es saber que, si bien la memoria de trabajo parece insignificante, el desarrollo de esta función ejecutiva no solamente ayudará a recordar mejor la información importante en el futuro, sino además ayudará al estudiante a desempeñarse mejor en el aula, tanto en el área del lenguaje como en las matemáticas. Por esta razón no debemos desestimar este tipo de actividades, ya sea en el aula como en el hogar, ya que pueden ayudar mucho a nuestros alumnos e hijos para desempeñarse de una manera mejor en los estudios y en la vida diaria.
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