La docencia requiere actualización constante. Es la profesión de la que más se esperan resultados. El docente debe estar capacitándose, estar al tanto de los avances tecnológicos, de las nuevas metodologías y nuevas técnicas de enseñanza. Sin embargo, es una de las tareas más gratificantes, de las pocas que dan grandes satisfacciones desde el momento en que se inicia hasta el final de la carrera.
El planeamiento es la principal herramienta de trabajo de un docente. Por lo tanto, debe ser lo más funcional posible. A continuación, algunas ideas para planificar de manera dinámica:
- Organiza los rincones de la sala de clases. En cada aula debe haber rincones que los niños puedan utilizar, rincón de lectura, de consulta, de artes, etc. que estén acondicionados y disponibles para que sean de utilidad para los estudiantes. Esto no solo es para los más pequeños, también los adolescentes y jóvenes necesitan ver la sala dispuesta de modo que sea agradable y atrayente para lograr el aprendizaje.
- Ocupa bien el tiempo disponible. Revisa tu día a día, las actividades que realizas y las cosas que consumen tu tiempo, toma nota de ello para ir mejorando y aprovechando mejor cada momento que tengas para desarrollar las clases.
Mantente siempre actualizado. Las informaciones se renuevan constantemente, quizá una técnica que resultaba en cierto tiempo, hoy día ya no funciona. Se pueden conocer otras más efectivas en esta época. O puedes combinar las antiguas con las nuevas, siempre y cuando sean útiles para tu clase y te ayuden a lograr lo que te propongas.
Conoce bien los objetivos de cada clase. Tener la certeza de lo que se va a enseñar es sumamente importante para no divagar durante la clase. Es necesario trazar objetivos precisos, de esa manera la clase será más productiva y dinámica, pues, si el docente tiene bien claro lo que debe enseñar, transmitirá esa seguridad a sus alumnos al momento de desarrollar la clase.
Evalúa cada clase. La evaluación permite mejorar. La primera evaluación que debe realizarse, es la que realiza el docente de su propia práctica. Rever en qué hemos “fallado”, qué podemos mejorar, qué debemos eliminar o incluir para que la siguiente clase sea mejor.
Utiliza las Tic. Ya dijimos que el docente es el profesional que más capacitado debe estar. El mundo se está moviendo a pasos agigantados en cuanto a tecnología se refiere, y la utilización de la misma se ha vuelto una herramienta de primera línea para la mayoría. El docente se ve en la necesidad de tomarse de ella con ambas manos para planificar las clases. Desde la pantalla de una computadora o un celular, alumnos y maestros van interactuando y rompiendo cualquier barrera que impida la continuidad de la educación. Al emplear estos instrumentos en las clases, debes optimizar el tiempo asignado a cada actividad, para que no sean largas y complicadas para los estudiantes. Las consignas deben ser claras, precisas, con explicaciones sencillas, de modo que faciliten el desarrollo de lo solicitado.
Todo recurso que esté disponible y bien aprovechado dará buenos resultados. No debemos temer los cambios, ellos son buenos en la mayoría de los casos. Debemos poner ganas para aprender, paciencia para enseñar a aquellos que les cuesta un poco más y sabiduría para utilizarlos adecuadamente.
Recordemos que el Señor en su Palabra nos dice: “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie”. Santiago 1:5 (versión NVI online).
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