Los cambios estructurales en el sistema educativo actual se van haciendo evidentes paulatinamente, como producto de la permanente dinámica social propia de esta era globalizada.
Los distintos actores del mundo de la educación se han visto obligados a redefinir roles, tareas, funciones y compromisos, con el fin de mejorar el acceso a las oportunidades que ofrece la era global y la calidad de los procesos que se desarrollan. Por este motivo, la innovación de la calidad en educación es fundamental.
Innovar implica mejorar, cambiar, transformar, lograr resultados, “abrir la mente”. En el área educativa, significa crear nuevas experiencias de aprendizaje. Especialmente los docentes deben están dispuestos a generar oportunidades para los distintos tipos de estudiantes que tienen en sus aulas.
“La innovación como expresión social y colaborativa de la creatividad es posible entenderla en términos de resultado, la innovación es uno de los niveles más altos de creatividad. Integra categorías como iniciativa, inventiva, originalidad, disposición al cambio, aceptación del riesgo, proceso adaptativo, pero sobre todo colaboración y disposición a compartir valores, proyectos, procesos, actuaciones conjuntas y propuestas evaluativas. La polinización de la creatividad tiene lugar a través de proyectos de innovación curricular”. Saturnino de la Torre, 1997.
Si la innovación en educación desea alcanzar los niveles más altos de creatividad para fomentar el aprendizaje y el desarrollo de las habilidades de los estudiantes, es imprescindible que el educador aprenda a transformar las actividades de enseñanza en momentos dinámicos contextualizados.
El futuro de la educación será diferente en la medida que el docente así lo desee y se lo proponga. Probablemente será necesario desaprender la forma en que actuamos en el pasado para innovar en el futuro. Recordemos que la humildad y la actitud de servicio son fundamentales para alcanzar los elevados objetivos de la educación cristiana.
Gracias Dani, que bueno que te han gustado.