Vivimos en una era digitalizada, en la que todos nos encontramos inmersos por distintos motivos y en la cual la privacidad individual, incluso colectiva, va perdiendo sus límites.  La sociedad ha cambiado y con ella la forma de relacionarnos. Por ello es necesario tomar ciertos resguardos cuando se trata de redes sociales.

Compartir una imagen en las redes sociales es algo que está prácticamente normalizado en nuestros días, pero que al mismo tiempo genera un peligro si se trata de menores. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Oberta de Catalunya, descubrió que el 73% de las imágenes encontradas en los archivos de pedófilos españoles eran de fotografías y videos no sexualizados que habían sido compartidos en las redes sociales; y la pregunta que surge es: ¿Dónde encontraron esas imágenes? La información señala que la fuente desde donde se obtuvieron las fotos de los menores fue justamente a través de las redes sociales subidas por familiares o cuidadores, incluso de los mismos menores o jóvenes que subieron fotografías de diversos momentos de su vida. A esta práctica tan difundida se le ha dado el nombre de “sharenting” que, en español, se traduce como el hábito de compartir imágenes de menores a través de las plataformas sociales. Esas imágenes, lamentablemente podrían terminar en computadoras de pedófilos. Por ese motivo es relevante considerar que el subir imágenes de menores bajo nuestra tutela en este caso desde la docencia a las redes sociales debe ser bajo una decisión muy bien pensada y que amerite la gestión.

Ahora bien, la adicción que genera la tecnología en las distintas edades del ser humano en esta era, es devastadora. Solo pensemos en la baja de las relaciones interpersonales. En el espacio escolar, podemos observar que los teléfonos celulares han ido ocupando un lugar cada vez más destacado, aislando en cierta forma a los menores que la mayor parte del tiempo se encuentran solos o con poca atención parental. Es probable que los menores busquen en Internet y las redes sociales las respuestas y atención que necesitan. Sin duda, el recibir un consejo o guía de un adulto es cada vez más lejano a la realidad infantil y adolescente. Por este motivo, desde la docencia, se genera una  responsabilidad sustancial, ya que involucra una cautela mayor, cuando se trata de subir imágenes de estudiantes a las redes sociales. Los principales peligros de estos actos nos invitan a considerar que las imágenes que se suben a las redes sociales pueden estar envueltas en violaciones de algunos derechos fundamentales como el derecho a la intimidad personal y familiar, el derecho a la propia imagen y el derecho a la protección de datos, entre otros.

Es interesante notar que esta situación de decidir si subir o no imágenes de menores a las redes sociales genera un peligro y por supuesto interrogantes que llevan un tiempo en el pensamiento colectivo. Sin ir más lejos en la Región de Valparaíso, Chile, durante 2021, se lanzó una guía llamada FotoRespeto que buscó promover mejores prácticas familiares y profesionales sobre este tema, señalando cómo evitar la vulneración de los derechos de los niños. El editor de la Guía FotoRespeto, César Pincheira González, explicó la importancia de poner mayor atención a la forma en que se publican las imágenes de los menores en Internet, evitando así el uso malicioso de personas mal intencionadas que utilizando esas imágenes pudieran dañar la integridad y derechos de la infancia. De esto se desprenden tres consejos a considerar antes de publicar una imagen.

1.- Hay vida más allá del móvil: El mundo no comienza ni termina en Internet.

2.- Es tu responsabilidad: Cuidar tu celular y lo que publicas. Nunca sabrás donde termina una foto en Internet.

3.- Cámaras, herramientas y armas: Tu celular es una herramienta y un arma. Siempre pregúntate si tus fotos podrían ser mal utilizadas por otras personas. Si la respuesta es sí, quizá sea mejor no publicar esa imagen (si te interesa esta guía, puedes revisar más información en este enlace www.fotorespeto.cl)

Como docentes, es nuestra tarea velar por el bienestar integral de los estudiantes, educarlos con amor y con conciencia social, prepararlos para enfrentar sucesos nunca antes vividos. Por eso es tan importante enseñarles a guardar sus corazones, aprender a auto cuidarse, y estar atentos a los pensamientos que emerjan desde sí, especialmente en esta época cuando nos encontramos a un clic del siguiente episodio de nuestras vidas.