“El hogar no debe carecer de alegría. El sentimiento familiar debe conservarse vivo en el corazón de los hijos, para que puedan recordar el hogar de su infancia como lugar de paz y felicidad muy próximo al cielo” (El hogar cristiano, versión online).
Existe un dicho que afirma que los hijos son la alegría del hogar. Y, sin embargo, todos los que tienen hijos pequeños -y no tan pequeños- han experimentado la tensión continua que supone el esfuerzo por educar bien a los hijos, sobre todo en estas épocas de pandemia y cuarentena. Sin embargo está científicamente comprobado que el sentido del humor beneficia a la salud a nivel psíquico, anímico, biológico y neuroquímico, pues activa la producción de endorfinas, transmisores químicos que aportan al cerebro alivio y bienestar.
Lo primero que debemos tener en claro es que la alegría y el optimismo en nuestro hogar debe estar basado en el amor y el respeto, nunca en la burla maliciosa hacia el otro ni la risa por la desgracia ajena.
Recuerda que tus hijos necesitan disciplina y autoridad, pero también momentos alegres y divertidos. Felizmente, el buen humor es una habilidad que se puede entrenar en nuestro hogar por lo que hay que aprender a reírse con los integrantes de nuestra familia. Fomentar el sentido del humor, ratos de risas, espacios para el juego y creatividad, recordando que cada etapa es única, que no volverán a ser niños y que debemos vivirlas un día a la vez.
Mantener un buen sentido del humor genera un hogar más compasivo y disminuye los niveles de estrés. Una sonrisa es símbolo de alegría. Y la alegría es capaz de transformarlo todo. Es como un tesoro inagotable que, mientras más da, más se llena. Quien muestra una sonrisa, transmite alegría, atrae y nunca deja las cosas igual. Todos queremos, es más, buscamos estar con quien nos anima y estimula, por eso hagamos de nuestros hogares el lugar más feliz para vivir. Así podremos disfrutar de los siguientes beneficios:
Mejora la cohesión y la unidad familiar
Los hijos crecen más seguros de sí mismos
Mejora la autoestima en los miembros de la familia
Moldea un carácter alegre y amable
Favorece un mayor disfrute de la vida y de las cosas cotidianas
Fomenta la creatividad en los niños
Forma hijos socialmente inteligentes y con capacidad de resiliencia
Facilita el desarrollo de habilidades sociales
Te animo a sonreír y construir un hogar feliz. Concluyo con una cita de Elena de White:
“El hogar no debe carecer de alegría. El sentimiento familiar debe conservarse vivo en el corazón de los hijos, para que puedan recordar el hogar de su infancia como lugar de paz y felicidad muy próximo al cielo” (El hogar cristiano, versión online)
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