“Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras”.
¿Cómo está el “ambiente” en nuestro colegio? ¿Nos gusta trabajar allí, o estamos pensando en cambiar de lugar? ¿Sufrimos al trabajar o lo consideramos nuestra pasión?
Las respuestas a estas preguntas son determinantes para tener una vida cotidiana plena en el ámbito laboral y personal. Si se quieren alcanzar objetivos grandes como equipo en el colegio, nadie da su compromiso o vocación, o se identifica con la institución por un salario. Parte de una buena motivación y del buen clima laboral que existe en el colegio. Este es el ambiente social que debería respirarse dentro del equipo de la escuela.
Entonces, un buen ambiente laboral generara siempre mejores y mayores resultados en el trabajo. Producirá un sentimiento real y legitimo de pertenencia y cariño del profesor por el colegio. Es el llamado salario emocional, que solo un ambiente bien cuidado brinda a las personas.
A continuación, se presentan algunos consejos para alcanzar un buen ambiente laboral:
Un espacio físico acogedor. El hecho de tener una sala de docentes exclusiva para el descanso puede hacer mucho, un poco de agua caliente o té a disposición, no es costoso. Proporcionar casilleros para cada profesor, brindar servicios higiénicos limpios y bien provistos para el personal y disponer de buena iluminación en los ambientes son detalles que a veces no miramos, pero pueden hacer del colegio un segundo hogar también para el profesor, quien ha de sentirse seguro y bien tratado en su lugar de trabajo.
La relación de la dirección o administración del colegio con el profesor debe empezar a ser horizontal. Considere que un ambiente donde se escuchan las razones y las ideas y se pueden expresar con confianza los pensamientos, siempre generará identificación con la institución. El hecho de escuchar es un acto poderoso. Uno se siente pleno en un lugar donde hay posibilidades. Lo contrario puede asemejarse a un ambiente tan cerrado como una cárcel. En resumen, el trato debe reflejar amor y justicia, pero el amor es preeminente pues enlaza a las personas, las potencia y las fortalece. Recuerde lo que expresa Marcos 3:25 “Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer”.
Es importante para el director no tener un profesor o apoyo favorito por sobre los demás. Un profesor no debe tener un estudiante favorito y público por sobre los demás en el aula. Un director, tampoco debería tener un profesor favorito. Se tienen que generar condiciones de igualdad y aprecio por las diferentes habilidades que aporta cada uno de los profesores. Esto generará una sensación de justicia y será el pie para fortalecer las buenas relaciones y la confianza entre el personal. Conduce al desarrollo de una percepción de seguridad en el colegio para quienes trabajan en él.
Reconocer los logros. El consejo anterior no contradice este. Note que el favoritismo es distinto al reconocimiento de las cosas buenas que hacen las personas por el equipo o el colegio. Una persona que ha trabajado bien, se sentirá motivada e incentivada a seguir haciéndolo si su trabajo es valorado por su director y destacado por el colegio. De esta manera, indirectamente, se alienta a todo el equipo a cumplir eficientemente las tareas o plantearse por sí solos objetivos más grandes.
Permitir que puedan crear o aportar. En los modelos actuales de liderazgo no todo está cerrado y siempre se da el espacio de crecimiento y aporte personal. Es importante desafiar a los profesores a tener algún proyecto distintivo o a cumplir con un objetivo elevado en su materia. Puede incluir aspectos metodológicos, didácticos, lúdicos, cooperativos, entre otros. Motivarlos a participar en aquellos concursos u olimpíadas que potencien el trabajo colaborativo de los equipos de estudiantes a los que enseña. Cuando la persona se involucra en la búsqueda de estrategias o soluciones a los desafíos, se siente más comprometida e identificada con la institución.
El cuidado del aspecto espiritual es una marca distintiva en Educación Adventista. El modelo cristiano debe ser el ejemplo. Así se lograrán equipos comprometidos con el colegio y su misión. Orar sinceramente en entrevistas con los profesores, desarrollar y motivar cultos dinámicos y organizados, resaltar la importancia de la dimensión espiritual para convertirse en un apoyo seguro para sus estudiantes. Incluso llegar a visitar el hogar de los miembros del equipo, orar y preocuparse genuinamente por sus familias y luchas personales. Este acto es tan poderoso que puede llegar a ganar el corazón de quien recibe tal acción.
Un clima laboral cálido se generará por actos cordiales, genuinos, de elevado amor por el prójimo desde todo aspecto. Un buen clima organizacional siempre partirá de aquel que cumple funciones de liderazgo en el colegio, puede no ser lo mas sencillo ni lo mas rápido de lograr, pero asegura resultados positivos trascendentales. El líder tiene una ventaja gigantesca para alcanzar metas institucionales grandes al contar con un equipo de profesores unidos, profesionales, comprometidos y espirituales.
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