“El verdadero educador, teniendo presente lo que pueden llegar a ser sus alumnos, reconocerá el valor material con el cual trabaja. Sentirá interés personal por cada alumno y tratará de desarrollar todas sus facultades” (La educación, versión online).

El término español didáctica proviene del griego didaskein, que significa enseñar, instruir y/o explicar. El verbo griego didaxis posee un sentido más activo, mientras que el adjetivo didaktikos da la idea de ser apto para la docencia. En el sistema educativo, los profesionales de la educación son las personas responsables de que estos actos educativos se lleven a cabo y son ellos quienes constantemente se encuentran en la búsqueda de mejores estrategias metodológicas que faciliten el aprendizaje de las nuevas generaciones que ingresan a las instituciones que imparten educación.

Gastón Mialaret, pedagogo, formado en psicología y ciencias de la educación, señala que la didáctica forma parte de las ciencias que estudian la situación educativa y los hechos educativos, siendo una disciplina científico-pedagógica que tiene como objeto de estudio los procesos y elementos existentes en la enseñanza y el aprendizaje, ocupándose de los sistemas y métodos prácticos de enseñanza destinados a plasmar en la realidad las pautas de las teorías pedagógicas. Pero, ¿cuáles son las estrategias que definitivamente facilitarán aprendizajes significativos? ¿Cómo en la diversidad y contextos en que se mueven nuestros estudiantes se lograrán estos aprendizajes? Para responder estas interrogantes es necesario replantearnos dónde nos encontramos, reflexionar respecto a los tiempos complejos, cambiantes y posmodernos en que estamos viviendo, considerar que estamos insertos en medio de corrientes ideológicas que confunden a los seres humanos, donde a lo bueno se le llama malo y a lo malo bueno, pensar en qué estamos haciendo como personas y profesionales.

Como docentes tenemos una gran responsabilidad y debemos aprender a escoger conscientemente metodologías que faciliten aprendizajes significativos. Pero para que esto ocurra es inminente acercarnos honestamente con un corazón sincero a nuestros estudiantes, conocer su realidad y desde ese conocimiento colaborar con sus aprendizajes.

“En toda enseñanza verdadera, es esencial la relación personal” La Educación pp. 126