“Manzana de oro con adornos de plata es la palabra dicha oportunamente.”. -Proverbios 25:11, versión Reina-Valera 2015 online

Por definición, la comunicación es un proceso que consiste en la transmisión e intercambio de mensajes entre un emisor y un receptor. Una persona da y otra recibe. Teniendo en cuenta esta definición y considerando que es un proceso, debemos mencionar también que, para que haya una buena comunicación debemos identificar los elementos de la misma: emisor, receptor, código, canal y mensaje.

La comunicación puede ser verbal y no verbal; en el caso de la comunicación verbal es una forma de comunicación exclusiva de los seres humanos y, por ello, es la más importante, pudiendo ser oral y escrita.

En cuanto a la verbal, consideremos las palabras de la educadora y escritora cristiana Elena de White:

“La voz y la lengua son dones de Dios, y si se las usa correctamente son un poder para Dios. Las palabras significan muchísimo. Pueden expresar amor, consagración, alabanza, melodía para Dios, u odio y venganza. Las palabras revelan los sentimientos del corazón; pueden ser un sabor de vida para vida o de muerte para muerte. La lengua es un mundo de bendición o un mundo de iniquidad”. Mente, carácter y personalidad, versión online.

Cuán importante es utilizar correctamente las palabras. Muchas veces, solo una palabra dulce o tierna hace que una persona cambie de actitud, como así también una palabra áspera tiene un efecto negativo, no solo en aquella que la da sino mucho más para quien la recibe.

Por otro lado, la comunicación escrita es aquella que queda plasmada en papel, o en esta era de tecnología, quedan registradas en las plataformas digitales. El ser humano, en su afán de comunicarse, comenzó a expresarse en forma escrita para plasmar sus vivencias a través de soportes rústicos al principio, como piedra, madera, arcilla, papiros, etc.

Pero el fin sigue siendo el mismo: transmitir conocimiento, sentimientos e ideas. Para que la comunicación sea efectiva y no cree una sensación de violencia o agravio, tengamos en cuenta lo siguiente:

  • Pensar antes de comunicar, todo lo que decimos debe tener un tinte edificante.
  • Utilizar palabras amables, ser empáticos.
  • Considerar las consecuencias del mensaje transmitido. Todo lo que decimos tiene un impacto.
  • Analizar cuál es la intención del mensaje que deseo dar. Con qué fin diremos tal o cual cosa.
  • Expresar un mensaje simple, claro y oportuno. No utilizar palabras rebuscadas que el receptor no entienda.
  • Brindar palabras de ánimo, esperanza y, cuando fuere necesario, también palabras correctivas.
  • Eliminar de nuestro vocabulario las palabras desubicadas y ofensivas.