
Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna (Juan 4:13 y 14, RV 1960).
Las neurociencias y la psicología positiva han avanzado en la investigación sobre la felicidad y las acciones que ayudan a alcanzarla y mantenerla. En su libro Hábitos de la gente feliz, el Dr. Darren Morton describe las principales acciones que se pueden llevar a cabo y que generan felicidad duradera a través de la demostración científica.
Dentro de los elementos que destaca, se encuentran: hablar en términos positivos, hacer ejercicio, estar en la naturaleza, la importancia del descanso, una alimentación basada en vegetales para mejorar el estado de ánimo y el manejo del estrés.
En tanto, el Dr. Mario Pereyra, en su libro El GPS de la felicidad señala doce claves para ser más feliz: ser agradecidos, ser optimistas, tener esperanza, evitar la comparación social, ser amables, cultivar las relaciones sociales, desarrollar buenas estrategias de afrontamiento, aprender a perdonar, disfrutar más, hacer actividad física, tener buenos propósitos y objetivos, cultivar la religión y la espiritualidad.
Luego de esta valiosa información, la pregunta que surge es ¿cómo poner en práctica estos consejos teóricamente muy beneficiosos?
- Compara ambas listas y elige dos acciones que sean potencialmente más realizables para ti.
- Elige una práctica específica para cada acción elegida. Por ejemplo: “Quiero hablar más en términos positivos”. Practica cada día elogiar las buenas acciones de los miembros de tu familia.
- Ponte objetivos a corto plazo. Por ejemplo: “Elogiaré las buenas acciones de mi familia por una semana”.
- Chequea el cumplimiento de tu objetivo a corto plazo y avanza con desafíos de mayor tiempo o incorpora otros hábitos que sean accesibles para ti.
- Por último, avanza “sin prisa, pero sin pausa” en estas acciones que te ayudarán en la felicidad del día a día.
Y recuerda que Dios sacia y da plenitud y abundancia de vida a quienes le aceptan y le siguen.
“El valor, la esperanza, la fe, la simpatía y el amor fomentan la salud y alargan la vida. Un espíritu satisfecho y alegre es como salud para el cuerpo y fuerza para el alma. ‘El corazón alegre es una buena medicina’. Proverbios 17:22 (VM)”. (White, El ministerio de curación, versión online).
Deja tu comentario