
Según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), la empatía se define como la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos.
La empatía es una cualidad básica del carácter cristiano. Todos, en algún momento, hemos necesitado de una persona empática a nuestro lado. No obstante, podemos ser empáticos y, al mismo tiempo, mantenernos fieles a los principios. Esto no nos impedirá ayudar y apoyar al otro.
En otras palabras, para ayudar a los demás, no es suficiente con ser empáticos. Si perdemos el equilibrio, fácilmente podríamos transformarnos en una especie de “esponja sentimental” de la angustia que la otra persona está viviendo. O bien, frustrarnos porque esa persona no toma las decisiones que nosotros creemos debe tomar.
No quisiera que se malinterprete lo que digo: es necesario ser empáticos; es deseable, pero con equilibrio. Por eso, te comparto algunos tips que me han servido en el pasado. Y nuestro aprendizaje continúa:
- Analiza el contexto. Es decir, no te quedes solamente con lo que la persona está viviendo en determinado momento, sino su trasfondo, considera también por qué es posible que haya llegado a esta situación.
- Razona, no solo sientas. Piensa y medita, que tus decisiones no sean simplemente emocionales.
- No proyectes. Aunque es cierto que algunas situaciones son análogas, no significa que sean idé
- Despeja tu mente. Haz ejercicio, ten alguna afición o pasatiempo, haz algo que te distraiga. Una mente despejada piensa mejor.
- Acepta que no eres todopoderoso. No puedes resolver la vida de los demá
- Ayuda hasta donde puedas. No comprometas tu salud o tu familia.
- Ten alguien con quién hablar. Mi consejo siempre será hablar con Dios. Que tu “cable a tierra” sea alguien en quien confíes.
- Trabaja en la comprensión. Aunque aconsejes, ayudes o empatices, la decisión depende del otro.
Por último, introduzco otro concepto para entender este tema: la ecpatía, definida como el proceso mental voluntario de percepción y exclusión de sentimientos, actitudes, pensamientos y motivaciones inducidas por otro. Necesitamos ser más simpáticos, empáticos y ecpáticos.
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