
¿Cómo nos entenderán mejor nuestros hijos? ¿Será que los gritos aportan para la comprensión de lo que queremos indicar a los niños? A continuación encontrarás información útil para despejar algunas dudas.
El cerebro del niño no aprende cuando le gritan ¡Se bloquea! La amígdala cerebral se activa de manera súbita; ya que esta área se encarga de detectar una amenaza del entorno y dispara mecanismos de alerta necesarios para la protección. Los gritos hacen que se libere cortisol, que es la hormona del estrés. Se genera una sensación de angustia y tensión. Además, existe una reducción considerable del cuerpo calloso, haciendo que los dos hemisferios se desconecten. Al recibir menos flujo sanguíneo, se afecta el equilibrio emocional y la capacidad de atención.
Los niños que reciben gritos como medida de disciplina habitual aprenden patrones de acción desadaptativos y disfuncionales. Incluso podrían desarrollar un patrón de conductas agresivas o, por el contrario, una timidez extrema, miedo y sometimiento. En cualquiera de los casos, son conductas que van a repercutir de modo negativo en sus interacciones racionales, tanto en la infancia como en la vida adulta.
Los gritos dejan huella, más aún si los gritos se utilizan como herramienta habitual en la dinámica de la comunicación con los hijos. Los padres o adultos que gritan están criando personas inseguras, sin criterio propio y sin capacidad de defenderse. Los niños que han sido sometidos a la violencia verbal desarrollan problemas conductuales, de rendimiento académico, peleas con compañeros de clase, mentiras a los padres y síntomas de depresión y tristeza. Todo esto repercute indefectiblemente en la autovaloración y autoestima del niño.
Pero lo más peligroso, queridos padres, es que el niño interiorice y aprenda que el grito es una forma aceptable de comunicación, quedando expuesto a tolerar este tipo de interacción por parte de cualquier persona y a emplearla él o ella misma en edades posteriores en todas sus áreas de interacción social.
Cuando estés ante una situación difícil con tus hijos, recuerda evitar gritar, porque significa perder el control. Procura mantener la calma antes de actuar o hablar; y si debes realizar una fuerte llamada de atención, no te culpes, pero no te excedas… Respira y vuelve a intentarlo. Dios está dispuesto a llenarnos de mucha sabiduría verbal y abundante amor, compresión y paciencia entre padres e hijos.
Hola Sophia,
Agradezco mucho que expreses lo que sientes y que abras tu corazón, lo que haz experimentado no es fácil, por eso es de valientes poder expresarlo. Es normal y lógico que hayas sentido todas esas emociones, a tal punto que te llevaron a lastimar tu propio cuerpo, porque emocionalmente ya estabas dolida. Pero es más valioso aún que tengas una idea clara de que es lo que no quieres, y entiendo que no quieres vivir así, por el contrario deseas ¨Estar tranquila¨. Será muy importante poder buscar una red de apoyo, rodearte de personas que confíen en Dios y sean un apoyo para ti. Un grupo de personas que también busquen salir adelante.
Estaremos orando por ti,
Te mando un abrazo muy fuerte.
Hola querida,
Valoro mucho que puedas reconocer que estás alzando la voz, tus gemelas solo imitan tu conducta, por ello el primer paso, es que tú como mamá puedas recibir ayuda y poder identificar que emociones te están afectando y/o lastimando que te llevan a levantar la voz y gritar. Si tú estás bien, tus niñas estarán mejor. De esa manera podrán empezar a salir adelante juntas.
Ahora cuando estés a punto de gritar, haz un tiempo fuera o cambia de habitación para tomar un respiro. Es importante que no se normalice, el gritar y renegar para luego actuar como que no pasó nada. Puedes empezar a ser honesta con las niñas, y decirles por ejemplo: ¨Mamá está enojada y no logra manejar sus emociones por eso mamá quiere mejorar y aprender. Mamá las ama y aprenderá a manejar su molestia¨.
Estamos en contacto, cariños!
Tengo gemelas, admito que les alzo mucho la voz y estoy notando en una que se bloquea al escucharme, estoy preocupada. Cómo empiezo a ayudar a que podamos salir de estos juntas y que no le afecte durante sus próximos años, tienen 4 años.
Voy a cumplir 18, y supongo que ya estoy arruinada porque me criaron de esa forma. No tengo criterio propio, tengo miedo de dar mis verdaderas opiniones dentro de mi casa; los gritos solo hacen que me tape los oídos y quiera desaparecer, soy demasiado sensible con cada término y hasta por las cosas más sencillas me puedo sentir mal y llorar (y no es como si pudiese llorar en un lugar en donde se aprovechan de ello como una debilidad). Hasta hace unos años odiaba mi cuerpo, e incluso llegué a lastimarme, y a pesar de que todo el paquete de cosas malas viene también con cosas buenas, mi objetivo principal es solo salir de casa y vivir en tranquilidad. No tener a nadie gritándome todos los días solo porque se peleó con alguien más, tampoco seguir escuchando esos términos que me dicen que no soy nada más que alguien incompetente, no escuchar reproches o gritos a penas llegan a casa y solo no sentir que me lastiman con cada palabra que dicen. Solo quiero estar tranquila.