Ellos [los padres] deben sentir que es su deber cooperar con el maestro, fomentar la disciplina adecuada y orar mucho por aquel que está enseñando a sus hijos.
Fundamentals of Christian Education, 270.

Las familias son una pieza importante en la comunidad educativa, pero para que la participación sea posible es necesario que ellas realmente quieran intervenir en el proyecto educativo, en las actividades, en las diferentes propuestas que puedan surgir. Un punto importante es la motivación que impulsará a la participación. Y para que haya motivación las propuestas deben surgir de un interés común, de una necesidad real o de una actividad atractiva para todos.

Un elemento importante dentro de la motivación es que las familias sepan cómo y cuándo participarán. Para ello es necesario información, comunicación y formación.

Es decir, la participación responsable requiere estar formado e informado y esto supone:

  • Tener estrecho contacto con las familias del alumnado.

  • Estar en común acuerdo con el equipo directivo del centro y los docentes.

  • Tener la posibilidad de plantear ideas y experiencias.

  • Crear espacios para intercambiar opiniones.

  • Buscar juntos soluciones y mejoras en la gestión del Centro.

Los principios de la Palabra de Dios han de inculcarse en la vida del hogar y de la escuela. Si los padres comprendieran plenamente su deber de someterse a la voluntad revelada del Señor, serían sabios consejeros en nuestras escuelas y en asuntos de educación, pues su experiencia en la enseñanza en el hogar les enseñaría la forma de precaver contra las tentaciones que asaltan a niños y a jóvenes. Los maestros y los padres así llegarían a ser colaboradores con Dios en la obra de educar a la juventud para el cielo. (Elena de White, Carta 356, 1907).

6 tipos de participación:

El centro prepara eventos para que las familias disfruten. Implica también la asistencia a actividades lúdicas preparadas por la institución en general o por el docente en el aula.

Ejemplos: Fiestas de educación física, actos patrios, etc., las familias asumen un papel de espectadores.

El centro mantiene un feedback positivo con las familias. Es necesario una comunicación asertiva de todas las partes: administración, docente y familia. Cada centro educativo debe ser conocido por los padres, gestionando una política de puertas abiertas. Debemos recordar que se valora y aprecia aquello que se conoce. Por eso es importante proponer canales de comunicación fluidos; por ejemplo disponibilidad de los docentes, etc.

Ejemplos:

Desde el centro: Cuando se realiza algún cambio que involucre a los padres, como puede ser un cambio en la fecha de un viaje, etc.

Desde la familia: Cambios familiares, separación de los padres, viaje por mucho tiempo de uno de los padres, etc.

El centro consulta a las familias sobre temas que son de interés para ambos, y conocer la idea de los hogares nos permite ver diferentes puntos de vistas. Por eso es importante que los padres participen en comisiones de trabajo.

Ejemplos:

Desde el centro: Temas en que a los padres les gustaría recibir orientación, organización de escuelas para padres, cursos, etc.

Desde la familia: La institución tiene la posibilidad de escuchar opiniones y vivencias de los padres. Sugerencias que pueden ser tenidas en cuenta si es que la gestión administrativa las considera válidas y que no afecten la misión, la visión ni la filosofía de nuestras instituciones.

El centro toma decisiones junto con las familias. Participar en grupos de decisión.

Ejemplos: Situaciones donde se ven afectadas todas las partes, como puede ser un tema de disciplina, alguna actividad solidaria que se desee realizar, etc.

El centro forma parte de las evaluaciones junto con las familias. Y es aquí donde todos en forma conjunta pueden proponerse logros y prioridades a alcanzar y se asume:

  • La responsabilidad para promover el crecimiento social y académico.
  • La responsabilidad de controlar el progreso académico de los alumnos y tener razonables expectativas de éxito.
  • Las familias deben tener en claro que su participación en las escuelas debe servir como ayuda para lograr el desarrollo integral de los niños. No debe ser un papel asumido como control del docente sino como colaborador del mismo.

El centro abre sus puertas para que las familias sean parte del proceso enseñanza-aprendizaje y a su vez la institución sea partícipe del desarrollo y la formación familiar.

  • Esta participación se realiza cuando las familias se involucran voluntariamente para organizar y ser parte en diferentes eventos institucionales.
  • La familia asume su rol de educador cuando se hace responsable de los resultados del aprendizaje de sus hijos.
  • Los hijos asumen con responsabilidad actividades en el hogar y la familia coordina y se ocupa para que puedan llevarse a cabo.
  • Organizar actividades para el centro educativo en forma conjunta.
  • Participación de los padres o familiares en las aulas: profesiones, temas relacionados a su labor diaria, etc. Estas instancias hacen que los alumnos se sientan motivados a aprender y por otro lado hace que las familias se sientan incluidas en el aprendizaje de los niños.

En un mundo tan cambiante y en constante desarrollo debemos asegurarnos de que nuestra formación como docentes nos prepare para dar respuestas reales a las necesidades familiares, solo de esta manera podremos asegurarnos que estaremos a la altura de sus demandas.

Las instituciones:

  • Deben procurar tener un especial cuidado en las relaciones interpersonales padres-docentes y padres-padres, pues en ellas se enmarca un eslabón importante en la calidad integral que cada centro desea brindar a la comunidad educativa.

  • Deben procurar crear espacios para los encuentros, las coordinaciones y el intercambio; que complementen las instancias formales y que promuevan el debate y la toma de decisiones.

  • Deben procurar que las familias escojan transitar el mismo camino, trabajar en sinergia, mirando hacia el mismo lado, con los mismos objetivos, con un claro fin en común.

  • Deben procurar que la participación familiar sea tanto individual como colectiva. Cada familia puede aportar sus dones o servicios en forma individual o en forma conjunta con otro grupo de familias. El objetivo último de esta colaboración sería conseguir la mejora continua de la calidad educativa del centro.

  • Deben procurar tener dentro de sus tareas prioritarias, el saber atender a las familias, un objetivo incuestionable y valioso que implica que el docente y la familia se hagan copartícipes de la educación de los alumnos.

Es tiempo de:

  • Es tiempo de soñar con una educación de calidad.

  • Es tiempo de soñar con una propuesta integral.

  • Es tiempo de soñar con una Comunidad educativa activa y participativa.

  • Es tiempo de soñar con familias involucradas en la educación de sus hijos.

  • Es tiempo de soñar con instituciones educativas y familias coordinadas para lograr el objetivo de mejorar las acciones y proyectos que se brindarán.

  • Es tiempo de soñar con una Comunidad educativa comprometida en el proceso de mejora en la educación de nuestros hijos/alumnos.

  • Es tiempo de soñar para empezar a andar.

La educación es una tarea compartida entre las familias y los centros educativos. La coordinación entre ambos es imprescindible.