En general, el estrés presenta aspectos negativos para una persona. Desde el mismo nacimiento, los seres humanos vivimos con estrés. Esto queda demostrado mediante el primer signo vital: llorar. En este artículo comentaremos algunas ideas para entender algunos aspectos positivos del estrés y ciertas estrategias para controlarlo adecuadamente.
Empecemos por lo más básico: todos necesitamos cierto grado de estrés en nuestras vidas. El estrés puede ser un factor movilizador y un agente de cambio. Lo que debemos entender es que existen distintos niveles de estrés. Cada vez que nos vemos superados por alguna situación, el estrés nos obliga, por ejemplo, a comunicarnos con otras personas y expresar lo que nos pasa. Los cristianos tienen una gran ventaja para controlar el estrés. El apóstol Pablo dijo:
«…Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir.» 1 Corintios 10:13, versión NVI online.
Todos enfrentamos pruebas diferentes. La ventaja del cristiano es que cuenta con una estrategia segura para controlar el estrés.
Ahora que entendemos que el estrés es un agente de cambio, debemos saber cómo emplearlo. No existen recetas ni garantías, pero sí algunas estrategias de control del estrés:
Pensar. Hay que preguntarse: ¿Qué es lo que me estresa? ¿Por qué no consigo relajarme? Este es el primer paso. En este punto es bueno conversar con las personas adecuadas, sea que estén involucradas o no en la causa de nuestro estrés.
Sentir. Debemos preguntarnos: ¿Qué sentimientos me produce el estar estresado? ¿Estoy más sensible o irritable? Debemos monitorear nuestros sentimientos. Por lo general, un alto grado de estrés nos hará sentir mal con nosotros mismos. Sin embargo, el autoanálisis puede hacernos recapacitar.
Actuar. Debemos trazar un plan de acción y ejecutarlo paso a paso. La ayuda de un profesional es importante.
Pensar, sentir y actuar deben de estar en coherencia para poder enfrentar al estrés. En primer lugar necesito saber el motivo, luego debo entender cómo me siento y finalmente decidir qué es lo que voy a hacer.
Por ejemplo, puede que para mí el ir a nadar 500 metros todos los miércoles sea efectivo para enfrentar el estrés laboral, pero para otro puede que sea caminar o incluso buscar ayuda de un especialista. Todas estas son herramientas válidas.
Es importante utilizar la mejor herramienta para tu caso. Lo dijimos al principio, la fe en Dios promueve el bienestar del ser humano. Si confías en Dios hoy, mañana y siempre, él será quien te ayude a darle armonía y coherencia a tu pensar, sentir y actuar.
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