Evaluar en tiempos de pandemia
“Enséñame buen sentido y sabiduría porque tus mandamientos he creído”. Salmos 119:66, Reina-Valera Actualizada online.

“La evaluación es compleja porque sirve tanto para acreditar como para diagnosticar, retroalimentar, reflexionar, regular y mejorar los aprendizajes. El problema es que las funciones de control (aprobar, reprobar, promover) suelen ser protagónicas; y este modo de entender la evaluación sigue vigente hoy en muchas escuelas”. Rebeca Anijovich, en Evaluar para aprender.

La actual situación de pandemia ha puesto en jaque a la escuela, ya que en poco tiempo nos ha hecho migrar a una nueva realidad, la del aula online. La manera de interactuar docente-alumno no es la misma que en la presencialidad, las clases online requieren reestructuraciones, apoyos y novedosas formas de apropiarse y utilizar el entorno virtual de modo específico y efectivo.

Si la manera en que sucede este proceso se transformó, como consecuencia lógica el método de evaluación también debiera presentar cambios. No obstante, el docente se esfuerza en controlar la asistencia de los alumnos a clases y sus entregas de tareas, para determinar quiénes serán promovidos.

De esta manera, la brecha entre calificar y evaluar ha crecido, se están calificando las tareas, pero no se está evaluando, se señalan los errores cometidos por los estudiantes sin que exista un análisis que ayude a repensar sobre ellos. Estas aulas online han perdido el encuentro que promueve un aprendizaje a partir de los desaciertos, un aprendizaje sustentado en diálogos y retroalimentación.

Es fundamental colocar la evaluación continua y formativa sobre la evaluación cuantitativa y sumativa. Y aún más importante es que el docente de nuestras instituciones solicite al Maestro de los maestros sabiduría para transitar en estos tiempos donde los espacios, los momentos, los métodos y los encuentros se han alterado.

Paul Black y Dylan William, investigadores en el Kings College de Londres, sostienen que la evaluación formativa es positiva porque produce los siguientes efectos:

  • Ayuda a los docentes a distinguir los tipos de comprensión que los estudiantes demuestran a través de los desarrollos de los trabajos que se les proponen, de las actividades que ellos han planificado preparar para que aprendan.
  • Incrementa la confianza que los docentes tienen sobre la capacidad para aprender de sus estudiantes.
  • Orienta a los alumnos en la autoevaluación dado que valoran la retroalimentación que hacen sus profesores, se vuelven conscientes de las dificultades superadas y de las comprensiones logradas. Se capacitan para mencionar qué han aprendido y cómo lo alcanzaron.
  • Se ofrecen retroalimentaciones aplicadas a la situación y oportunas para lograr mejores aprendizajes.

Existen muchos instrumentos para evaluar los aprendizajes de los estudiantes, son poderosas herramientas que reflejan el modelo de evaluación formativa. El docente que desea propiciar el aprendizaje se ha de valer de ellos. Entre ellos, podemos destacar:

  • proyectos,
  • mapas conceptuales,
  • cuadros comparativos,
  • análisis de casos,
  • portafolio de actividades

Los instrumentos, como los registros de avance, se implementan poniendo énfasis en la evaluación cualitativa y la capacidad de autoevaluación del estudiante; permiten que después de realizar la actividad, el estudiante se pregunte y registre si ha comprendido el tema, identifique los obstáculos que se le presentaron y reconozca los modos en que logró un aprendizaje exitoso. Propicia así su madurez al transitar un camino de autonomía creciente.

Si se pone todo empeño para lograr que las evaluaciones formen parte de este proceso de aprendizaje, que permitan ver crecer a los alumnos en competencias y no en conocimientos memorísticos, se habrá dado un gran paso dentro de la educación.

Lo importante es colocarse bajo la dirección de Dios, quien capacita, fortalece, sostiene y brinda a diario sabiduría para una tarea exitosa.

El Maestro de los maestros es quien ayuda a convertir el desempeño docente en aquello que menciona el apóstol Pablo en 1 Tesalonicenses 5:21 “…examinadlo todo, retened lo bueno…”.