Imaginemos a nuestros pequeños niños en una tarde de juegos. Uno de ellos tiene unas galletitas y quiere compartirlas con los demás. ¿Qué es lo que hace? “Una para ti, una para mí, otra para ti…” Empieza a repartir sus galletas de tal modo que todos puedan tener la misma cantidad. Pero, ¿cómo lo hizo si aún no se le enseñó a dividir?

Desde pequeños, los niños están conformando esquemas mentales de relaciones operativas lógicas. A partir de situaciones que viven cada día pondrán en práctica nociones básicas como contar, agrupar, separar, clasificar, etc. que le permitan interactuar con la realidad y establecer relaciones.

Estas características deben ser aprovechadas por los maestros para desarrollar su pensamiento matemático, tomando en cuenta las características de su desarrollo neuronal: necesidad de experiencias sensoriales, actividades motoras, utilización de materiales concretos, etc. Esto va a permitir que los niños construyan sus propios conocimientos de manera significativa y puedan confrontar situaciones problemáticas que se presenten en su vida diaria.

Teniendo en cuenta que un niño debe manipular y experimentar con diversos materiales podemos introducir la noción de división como una repartición, siendo este reparto exacto y usando el conteo para realizarlo. Así, los niños lograrán comprender la división y el concepto de repartir una cantidad en partes iguales.

Un buen material para trabajar la división con los niños es la caja Mackinder, muy fácil de utilizar y también de preparar.

¿Cómo preparar la Caja Mackinder?

Materiales:

  • Una base rectangular. Puede ser de madera o cartón.

  • 10 cajas pequeñas.

  • 1 caja grande.

  • Objetos fáciles de contar: legumbres secas, botones, fichas, cantos rodados, etc.

Procedimiento:

Se coloca la caja grande en la zona central y alrededor las cajas pequeñas dispuestas como se indica en la imagen.

Trabajando con la Caja Mackinder

La maestra presentará a los niños situaciones de su vida cotidiana, como:

  1. Han llegado 12 pelotas que deben ser repartidas entre 4 niños. ¿Cuántas pelotas tendrá cada niño?
  2. Se colocan 12 bolitas o semillas en la caja grande que está al centro. Como las queremos repartir entre 4 niños tomaremos 4 cajitas para que representen a los niños entre los cuales serán repartidas.
  3. Los niños procederán a repartir de una en una cada bolita en las 4 cajitas hasta que no quede ninguna bolita en la caja grande.
  4. Finalmente, al ver cuántas bolitas quedaron en cada cajita podrán decir la cantidad de pelotas que recibió cada niño.

Regletas de Cuisenaire

Otro material a utilizar son las regletas. Los niños deben conocer el valor que tiene cada una de las regletas de acuerdo a su color:

Presentamos a los niños los siguientes desafíos que deben responder utilizando las regletas:

Tenemos una regleta anaranjada. ¿En cuántas regletas rojas la podemos dividir?

Permitir que los niños den sus respuestas y preguntar: ¿Será que la regleta anaranjada la podemos dividir en otro tipo de regletas que también encajen exactamente?

Este es el momento en que los niños van descubriendo que una cantidad puede ser dividida de diferentes formas.

Este tipo de equivalencias debemos realizarla con diferentes ejercicios para que de manera lúdica y concreta comprendan que la división es una repartición de un todo en partes iguales.

A través de la historia y en las diferentes culturas, los materiales concretos han sido utilizados para facilitar la comprensión de diversos aprendizajes. Hoy en día, es igual.

“No hay que describir los objetos, sino mostrarlos. Es preciso presentar todas las cosas, en la medida en que sea factible, a los sentidos correspondientes, que el alumno aprenda a conocer las cosas visibles por la vista, los sonidos, por el oído, los olores, por el olfato…” –Comenio, 1592.

Al realizar el trabajo escolar permitamos que los niños manipulen y experimenten con diferentes objetos, que reflexionen sobre las actividades que realizan y que ellos mismos lleguen a conclusiones que les permitirán formalizar los conocimientos matemáticos.