Bien sabemos que una de las relaciones más importantes en la educación se da entre el alumno y su profesor. Aunque parezca extraño, esta relación no es del todo “normal”.

Debemos entender que cualquier relación interpersonal se logra a través de la interacción entre dos o más individuos. Pueden lograr una conexión positiva mientras más puntos en común tengan. Sin embargo, cuando hablamos de alumnos y profesores, hablamos de diferentes edades, diferentes grados de madurez, diferentes intereses, etc. Por esta razón, la relación entre alumno y profesor, no se basa en amistades en común o intereses comunes, sino que es una relación impuesta. De ahí que es muy importante lograr que esta relación sea exitosa, para lograr el aprendizaje de ambas partes.

En una sala de clases normal podemos tener entre 25 y 45 alumnos aproximadamente y solamente un profesor. Por esto necesitamos contar con herramientas útiles para crear lazos más fuertes y de mejor calidad entre alumnos y profesor. El alumno debe llegar a confiar en el docente. Y el docente debe ser capaz de conocer a sus alumnos casi de forma personalizada. Hoy en día existen diversos conceptos como el aprendizaje significativo, el aprendizaje personalizado y la evaluación competente, entre otros. Pero no hay mucha información de cómo hacer todo esto. Entonces, te daremos algunos consejos para poder relacionarte de mejor manera con tus alumnos, para aprender a conocerlos y desarrollar lazos afectivos y académicos que harán de la sala de clases un mejor lugar de trabajo:

  • Recuerda que todos somos personas, cada uno con diferentes dificultades. Puede que nuestros alumnos estén sufriendo por distintas circunstancias y eso podría disparar malas conductas y malos tratos. Por esto, debes tener paciencia y enfocarte en realizar actividades donde el alumno se libere de la carga emocional que lleva dentro.

  • Considerar las limitaciones físicas personales de los alumnos y las limitaciones del medio ambiente. No puedes tener solo una actividad a mano, ya que puede ser que por algún inconveniente, no puedas desarrollar esa actividad. Ten más de una actividad en tu planificación.

  • Sé un niño. Aprende a liberarte de tu “perfil” de seriedad y participa con ellos de los juegos que realices. Quizás te sientas un poco incómodo al principio (o hasta ridículo a la vista de algunos adultos), pero los niños con los que estés podrán ver que hay algo más que solo una figura autoritaria, y podrán identificarse contigo. Recuerda que uno de los métodos más grandes del aprendizaje es la imitación. Ellos deben identificarse contigo como persona.

  • Por último, comienza a recordar esos juegos de tu infancia, observa a los alumnos en sus tiempos libres y aprende los juegos que ellos gustan, busca en Internet actividades recreativas y haz una lista con las que creas más eficientes. Añade algunas de estas actividades a tus planificaciones y comienza a recrearte con tus alumnos. Verás cómo la imagen que tienen los alumnos de ti, comenzará a mejorar, a crecer y desarrollarse.

Somos seres sociales, creados para interactuar con otros, y nosotros como profesores, debemos preocuparnos de tener herramientas para lograr esa conexión con nuestros alumnos. Cuando logremos establecer estas relaciones interpersonales en el aula, verás cómo todo mejora: la obediencia, el aprendizaje, los modales, y el respeto mutuo. Nada cambia de la noche a la mañana, pero somos nosotros quienes tenemos que dar el primer paso. Los alumnos están a la espera de que tú como profesor, seas el mejor.