Los primeros días de clases son fundamentales para establecer las normas de convivencia para el año escolar. Es de suma importancia hacer partícipes a los niños en la conformación de dichas normas; de esa manera ellos podrán exigir que se cumpla aquello que han sugerido. En todo el proceso, es indispensable mostrar firmeza y ser democráticos para lograr una amplia aceptación en el cumplimiento de lo establecido.
Uno de los valores que más se suele promover dentro y fuera de la sala de clases es el respeto: “Respetar a la maestra”, “Respetar a los compañeros cuando hablan”, “Respetar los objetos ajenos”, etc. Pero, ¿qué significa esa pequeña palabra que tanto da que hablar? Una definición posible es la siguiente:
“El respeto es un valor y una cualidad positiva que se refiere a la acción de respetar; es equivalente a tener veneración, aprecio y reconocimiento por una persona o cosa. La palabra proviene del latín respectus, que se traduce como ‘atención’, ‘consideración’, y originalmente significaba ‘mirar de nuevo’, de allí que algo que merezca una segunda mirada sea algo digno de respeto.” (adaptado de significados.com)
Resaltamos de esta definición los conceptos de “aprecio y reconocimiento”. Apreciar es pensar en cómo se sentirá la otra persona con la acción que estoy realizando. Cuando nos relacionamos con los demás de manera consciente, sin maltrato y sin herir sus sentimientos, estamos respetando a esa persona, estamos teniendo en cuenta cómo se siente, nos preocupamos por el impacto que tendrán nuestras acciones sobre los demás, aun cuando sus opiniones sean diferentes de las nuestras.
Reconocer es valorar a la otra persona, escuchar su opinión, sus gustos, sus necesidades, etc. Es tener en cuenta la valía de las personas, conocer y destacar sus capacidades y limitaciones. Esto también fomenta el respeto.
Tengamos en cuenta la “regla de oro” registrada en la Biblia:
“Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la Ley y los Profetas”. Mateo 7:12, NVI online.
A lo largo de la vida debemos fomentar en los niños todos los valores que los ayudarán a desarrollarse como seres humanos funcionales, capaces de integrarse a la sociedad. En este artículo hemos presentado el camino del respeto, un valor que abrirá muchas puertas hacia lugares y situaciones agradables. Recordemos que nuestros derechos terminan donde comienzan los derechos del otro. El respeto también es un sentimiento de reciprocidad.
En palabras de la escritora cristiana Elena de White:
“Poco se aprecia el valor de la cortesía. Muchos cuyos corazones son bondadosos, tienen modales que carecen de bondad. Muchos que inspiran respeto por su sinceridad y rectitud, están tristemente desprovistos de afabilidad. Esta falla malogra su propia felicidad, y reduce su servicio en favor de los demás. Los descorteses sacrifican muchas de las experiencias más dulces y beneficiosas de la vida, con frecuencia debido a su falta de reflexión.
Los padres y maestros deberían cultivar especialmente la alegría y la cortesía. Todos pueden poseer un rostro feliz, una voz suave y modales corteses; y estos son elementos poderosos. Los niños se sienten atraídos por los modales alegres y animosos. Si los tratan con bondad y cortesía, manifestarán el mismo espíritu hacia ustedes y entre sí”. (La educación, versión online).
Veamos algunas sugerencias útiles para fomentar el respeto dentro del aula.
- Evitar exponer o ridiculizar a los estudiantes.
- Demostrar una actitud firme al aplicar correctivos.
- Mostrar seguridad al momento de impartir las clases.
- Planificar bien las clases. Evitar la improvisación.
- No consentir abuso en ningún caso.
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