La pérdida de un ser querido se convierte en un problema con el que toda la familia debe involucrarse para salir adelante. Las emociones de tristeza, pena e incluso llanto se convierten en una respuesta normal que nos humaniza y nos da la oportunidad de fortalecernos.
Sugerencias que pueden ser de ayuda durante el proceso de duelo.
Pero, por sobre todas las cosas, te animamos a confiar en la bendita esperanza de que el Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; él rescata a los de espíritu destrozado.
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