Mucho ha cambiado en la educación formal desde la pizarra y la tiza. La memoria era la base del aprendizaje y la repetición el método para conseguirla. Actualmente, las computadoras dan acceso a gran cantidad de información a los estudiantes. Pero, ¿hasta qué punto han facilitado el trabajo al docente?
Hoy, ya en el siglo XXI, la memoria ha sido sustituida por el razonamiento y la repetición por la gran capacidad de procesamiento de las computadoras.
Antes buscábamos los datos en nuestra cabeza, ahora en Google o Wikipedia; antes teníamos reglas de confirmación para las operaciones algebraicas; ahora, la computadora nos asegura el resultado; antes sabíamos que las respuestas estaban en la enciclopedia; ahora, ¡no sabemos cuál de todas las respuestas es la correcta!
Antes, la palabra del profesor era verdad; ahora, los alumnos la pueden verificar en Internet; antes, la imaginación estaba presente en las explicaciones; ahora, miramos un video de Youtube.
Todo ha cambiado y seguirá cambiando, por eso los docentes no podemos seguir de la misma manera que hace años. Tenemos que sumarnos al desarrollo con una convergencia tecnológica real y diaria. Si alguno cree que sus conocimientos son suficientes, perderá el contacto real con sus alumnos. Y si alguno quiere oponerse o combatir la revolución digital y las computadoras, tiene la batalla perdida.
Que haya dispositivos electrónicos en las aulas es algo natural. Ya no se concibe la enseñanza sin su presencia. Hoy la enseñanza no se realiza a través de la computadora, la enseñanza es la computadora. Tenemos que evitar la brecha digital y me pregunto si son los alumnos los que deben aprender o somos los adultos.
Los nativos digitales -los jóvenes nacidos en el siglo XXI- han crecido con la tecnología y para ellos es algo consustancial.
Docentes y computadoras: una relación clave
Las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) ofrecen una extraordinaria oportunidad para mantener la reflexión abierta sobre las cuestiones educativas más candentes. Debemos pensar que la computadora ha sido la puerta a un mundo que se nos presenta inagotable, pero que todavía nos queda por explorar.
Pero no debemos olvidar que algunos pedagogos no aconsejan introducir las computadoras en las aulas. Algunos centros educativos han creado el rincón del ordenador para controlar el exceso de uso, especialmente si están conectados a Internet.
Yo me inclino a actuar de una manera equilibrada. Creo que la cuestión está en cómo, dónde y cuándo usar computadoras o dispositivos con acceso a Internet. Porque las tecnologías por sí solas son inocuas, son solo una ayuda, una herramienta. Yo me replantearía el papel del docente en el aula, es él quien debe aceptar las TIC como elementos facilitadores para la enseñanza en primer lugar.
Plantearía como necesaria la introducción de la tecnología en las aulas y la formación del profesorado. Nuestras escuelas deberían llegar a ser escuelas 2.0; es decir, instituciones que integren las TIC en el aula, y que el proceso enseñanza-aprendizaje involucre a docentes y estudiantes en el uso sabio y equilibrado de las computadoras y los dispositivos móviles tan presentes en nuestra vida diaria.
Hay que sabe cómo utilizar estos métodos para que no reemplacen la voz del docente en el aula. Trabajando en conjunto docente/tecnología se genera un muy buen aprendizaje por parte de los alumnos.