¿Dónde están los padres? Muchas veces, a pesar de estar presentes, los padres parecen ausentes. ¿Será una contradicción? ¿Qué es estar presentes? ¿Cuándo estamos ausentes?
No se trata de estar todo el tiempo con los hijos. No podemos estar las 24 horas acompañando cada minuto de su crecimiento. Eso es prácticamente imposible. Las estadísticas indican que, en la actualidad, un gran porcentaje de familias deja a sus hijos al cuidado de una tercera persona. Ambos padres deben salir a trabajar, porque el salario de uno no es suficiente. Y la ausencia física se nota. Sin embargo, existen muchas maneras de estar ausentes. Puede que los padres estén presentes en el hogar, pero ocupados en otras cosas. Probablemente, aunque parezca obvio, el teléfono celular ocupa gran parte de nuestro tiempo como padres. Otra forma de estar presentes-ausentes es llevar tareas laborales o académicas a la casa. Hay muchos otros distractores, que nos están robando el tiempo de calidad con la familia, porque cantidad no es lo mismo que calidad.
«La madre que asume animosamente los deberes que le tocan directamente verá que la vida le resulta preciosa porque Dios le dio una obra que hacer. En esta obra no necesita forzosamente empequeñecer su mente ni dejar que su intelecto se debilite.» El hogar cristiano, versión online.
La cita anterior pareciera delegar completamente la responsabilidad de las tareas del hogar a las madres. Pero en este mundo “moderno” sabemos que existen muchos hogares diferentes, en que quizá los hijos solo estén con la mamá, o con el papá, o con los tíos, abuelos u otros familiares.
Más bien, podemos tomar dicho consejo para cualquiera que se halle criando un niño. Educarlos para enfrentar los desafíos de la vida no es tarea sencilla.
¿Qué opciones tienen aquellos padres que necesariamente deben trabajar? ¿Qué estrategias pueden implementar los padres para pasar tiempo de calidad con sus hijos, sin que eso implique descuidar sus responsabilidades laborales?
Poner a Dios en primer lugar. Él creó las familias y sabe lo que es mejor para todos. Proverbios 1:7.
Estudiar la Biblia. Dedicar un breve momento juntos para leer un pasaje bíblico. Los padres son los responsables de velar por la vida espiritual y emocional de sus hijos.
Realizar las tareas de la casa juntos. Ordenar la habitación, limpiar el patio, cocinar, y luego relajarse juntos y disfrutar del trabajo realizado.
Evitar llevar el trabajo a la casa. Algunos padres trabajan desde su casa. Entonces, separar momentos especiales para estar con los hijos.
Escuchar a los hijos cuando tienen algo que contar. Aunque nos parezca sin importancia, para ellos la tiene. Hacerles preguntas sobre su día, sus actividades, etc.
Responder preguntas. Si no sabemos la respuesta, buscarla juntos.
Dejar a un lado todos los distractores. Cuando estamos en compañía, dejar a un lado el teléfono celular, el televisor o la computadora. De esa manera podremos darle toda la atención a la persona que está a nuestro lado, en este caso, nuestros hijos.
Planear fines de semanas especiales. Si van a la iglesia, aprovechen cada espacio del culto; luego pueden programar un pic-nic, ir de paseo a un lugar tranquilo, visitar otras iglesias, o algún familiar que hace tiempo no ven.
Participar juntos de las actividades. Ya sean eventos escolares, culturales o deportivos, hacer el esfuerzo para involucrarse y compartir esos momentos con los hijos.
La falta o ausencia de los padres crea inseguridad en los niños. Eso lleva a que, de alguna manera, ellos busquen llamar la atención con berrinches, siendo rezongones o muchas veces agresivos, poco tolerantes y antipáticos.
«Estar presentes en la vida de los hijos es muy importante. Como padres, debemos poner límites: los valores se enseñan en la casa. En el fondo, nuestros niños son realmente el reflejo de los padres. Como siempre digo, el querer bien es lo que cuesta. Muchos padres, por querer llenar un vacío, compran cosas. Pero debemos entender que no sólo debemos darles cosas materiales, sino enseñarles a valorar las cosas y el esfuerzo que lleva conseguirlas.» Prof. Rosana Martínez.
“Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” Proverbios 22:6, versión online.
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