“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” (Filipenses 4:8)

Los hábitos saludables no solo influyen en nuestro bienestar físico, sino que también impactan en el rendimiento académico y emocional. La Biblia, con sus enseñanzas sobre disciplina, amor y obediencia, puede ofrecer una guía valiosa para los padres que buscan inculcar hábitos positivos en sus hijos.
Te brindamos algunos consejos de cómo ayudar a crear buenos hábitos en los niños.

  1. Repetición y la constancia. Uno de los principios más importantes para crear hábitos en los niños es la repetición constante. Los niños aprenden a través de la imitación y la repetición. Proverbios 22:6 dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Este versículo recalca la importancia de guiar a los niños desde temprana edad en el camino correcto, estableciendo una base sólida de hábitos y valores. Es necesario repetir comportamientos positivos y establecer rutinas diarias.
  2. El poder del ejemplo. Los padres son los primeros modelos a seguir para los niños. Lo que observan en casa influye en gran medida en su comportamiento. Jesús es el ejemplo más grande de liderazgo a través del servicio y la obediencia. En Juan 13:15, Jesús dice a sus discípulos: “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.” De la misma manera, los padres deben ser modelo de los hábitos que quieren ver en sus hijos. Si quieren que sus hijos desarrollen hábitos de oración, respeto, gratitud o responsabilidad, deben demostrar estos valores en su vida cotidiana.
  3. Disciplina con amor. Establecer hábitos en los niños no siempre es fácil, y a menudo requiere corrección y disciplina. Pero la Biblia nos enseña que la disciplina debe estar guiada por el amor. Hebreos 12:11 dice: “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.” Es importante corregir con paciencia y amor, explicando a los niños por qué ciertos comportamientos son necesarios para su bien. La disciplina no debe ser una imposición arbitraria y a menudo se la confunde con castigo físico. Sin embargo, la disciplina debe ser una enseñanza con propósito.
  4. Involucrar a los niños. Los niños deben ser parte activa en el proceso de crear nuevos hábitos. Involucrarlos en la toma de decisiones y establecer metas alcanzables puede ser muy beneficioso. Deuteronomio 6:6-7 nos instruye sobre cómo integrar los mandamientos de Dios en la vida cotidiana: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.” Debemos hablar con nuestros hijos sobre los hábitos y valores constantemente, integrándolos en las actividades diarias.
  5. Gratitud y el servicio. Un hábito clave para desarrollar en los niños es la gratitud y el servicio a los demás. La Biblia nos enseña la importancia de dar y compartir. Hechos 20:35 nos recuerda: “Más bienaventurado es dar que recibir.” Inculcar en los niños la gratitud por lo que tienen y la disposición para ayudar a los demás no solo los convierte en personas más generosas, sino que también crea un hábito de compasión y empatía hacia los demás.

Es fundamental reconocer y celebrar los pequeños avances cuando los niños desarrollan nuevos hábitos. Esto refuerza el comportamiento positivo y los motiva a seguir mejorando. Crear hábitos en los niños es una tarea diaria que requiere constancia, ejemplo, amor y disciplina. Los padres deben recordar la importancia de guiar a sus hijos por el camino correcto desde una edad temprana. Al hacerlo, no solo les estamos ayudando a desarrollar buenos hábitos, sino también a formar un carácter basado en los valores de la fe, el amor y la justicia.