Marcar una diferencia en la convivencia de nuestras instituciones educativas es un desafío; sin embargo, no es una utopía. Debe formar parte de un sueño con objetivos claros, metas reales y alcanzables.
Hay vínculos que necesariamente tienen que darse de forma sana para que el clima socioprofesional marque la diferencia. De todos los componentes que caracterizan una institución educativa, el entorno debe ser considerado como un poderoso educador y condicionador del grupo de personas con quienes se convive a diario en la institución. Desde el punto de vista del rol profesional del maestro, se observan múltiples responsabilidades y relaciones; con sus alumnos en primer término, pero también con sus colegas, con las organizaciones profesionales, los padres de sus alumnos y con las autoridades vinculadas a la educación.
La acción educativa en la relación docente-alumno se desarrolla entre presiones que provienen de tres frentes: el poder social e institucional, la familia y las exigencias de la vida actual. Estas influencias pueden llegar a caracterizar el tipo de vínculo que se desarrollará en el aula, dependiendo de la forma y modo de afrontar la presión que ejercen los componentes de la vida en sociedad. Es indiscutible hoy en día el enorme poder de influencia que ejerce la sociedad sobre decisiones, creencias, actitudes y acciones de cada individuo.
Si el maestro es capaz de establecer relaciones positivas con los demás, es altamente probable que su influencia será muy beneficiosa para la clase a su cargo. Las relaciones dentro de la clase están afectadas por el clima social que envuelve el aula. Si esas relaciones se valoran y cultivan, incidirá en la comunidad escolar condicionando los resultados del proyecto educativo, establecido por los miembros del equipo docente.
El espacio administrativo influye en el accionar docente, por eso es de gran importancia el vínculo que se tiene con los directivos del centro educativo. La función directiva de la institución, determina la eficacia cuantitativa y cualitativa del grupo que coordina, y condiciona las relaciones que existen entre los miembros de la comunidad educativa.
Mantener una relación positiva y constructiva entre los docentes y con la dirección, permite la coordinación de metodologías, intercambio de ideas, sugerencias, motivación y apoyo entre pares. Si el docente está cómodo y se siente valorado en la institución hay tres acciones que realizará y redundarán en beneficio:
El docente reflexionará y actuará sobre el clima social en el aula y en la institución, lo cual resultará en que estos mejoren.
El docente trabajará en equipo con otros docentes, influyendo en forma positiva en el clima social de la clase.
El docente generará un clima social agradable, lo cual influirá en el clima social que generan los alumnos entre sí. Se creará una esfera social que promoverá actitudes adecuadas en los alumnos.
Hay varios factores que inciden en las relaciones de quienes componen la comunidad educativa. A continuación, destaco solo algunos de los que influyen en forma positiva:
Respeto. Particularmente por lo que nos diferencia a unos de otros, porque eso nos enriquece y nos une.
Tolerancia. Una mirada compasiva hacia los alumnos, las familias y nuestros colegas.
Compañerismo. Afianzar el sentido de unidad entre todos los miembros de la comunidad educativa.
Simpatía. «Los jóvenes necesitan simpatía, afecto y amor, o se desalentarán». Consejos para los maestros, versión online.
Comprensión y empatía. Percibir los sentimientos, pensamientos, ambientes y vivencias del otro, como si uno fuera esa persona.
Compromiso. Desear genuinamente alcanzar las expectativas que la institución tiene de cada uno de los agentes de la comunidad escolar.
Cooperación. Trabajo en común, con un objetivo compartido, evitando el espíritu de competencia.
Amor. Jesús, el Maestro de los maestros, nos dejó el mejor ejemplo de cómo relacionarnos con los demás.
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Mateo 22:39, versión online.
En conclusión, el ingrediente principal es el amor. Manifestar amor en actos y en palabras es el instrumento que marcará la diferencia en las relaciones del equipo docente y con la comunidad educativa en general de nuestra institución.
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